El uso de agroquímicos es una herramienta esencial en la producción de alimentos. Sin embargo, su manejo inadecuado puede tener efectos perjudiciales tanto para la salud de las personas como para el medio ambiente.
En diálogo con “El País de la Libertad” de Radio Up 95.5, la ingeniera agrónoma y coordinadora regional NEA de la Cámara de Sanidad Agropecuaria y Fertilizantes (CASAFE), Mariela Pletsch, destacó la relevancia de seguir buenas prácticas agropecuarias para garantizar un uso seguro y eficiente de los productos fitosanitarios y fertilizantes.
En este sentido, Pletsch explicó que el manejo de productos fitosanitarios comienza mucho antes de la aplicación. “Cuando se toma la decisión de aplicar un producto fitosanitario, lo primero es determinar si realmente es necesario”, destacó. No siempre la presencia de una plaga justifica el uso de químicos, ya que “hay umbrales que determinan cuándo es necesario aplicar un producto”. En muchos casos, el control biológico natural puede ser suficiente para mantener la plaga bajo control.
La evaluación técnica es crucial, al igual que lo es una consulta médica antes de tomar medicamentos. “No es aplicar por aplicar”, subrayó la ingeniera, haciendo énfasis en que la elección del producto y la dosis deben basarse en un análisis técnico adecuado.
Información clara y etiquetas como guía
Todos los productos fitosanitarios, independientemente de su origen —químico, natural o biológico—, contienen algún nivel de toxicidad. Por ello, la información que figura en las etiquetas es clave para garantizar un uso adecuado. “Los productos tienen una etiqueta o marbete en su envase que proporciona toda la información necesaria para su manejo, incluida la banda toxicológica, que indica el nivel de toxicidad del producto”, explicó Pletsch. Las bandas de color, como la azul o la verde, son una “comunicación de riesgo” que ayuda al usuario a comprender el peligro potencial del producto que está utilizando.
Una vez que se toma la decisión de aplicar un producto, es fundamental que el aplicador esté adecuadamente capacitado e informado. “El aplicador siempre tiene que utilizar un equipo de protección personal diseñado específicamente para evitar el contacto directo con el producto”, señaló la ingeniera. Esto reduce el riesgo de exposición a través de la piel o la inhalación.
Además, Pletsch destacó la importancia de considerar las condiciones ambientales durante la aplicación. Factores como la temperatura, la luz solar y la dirección del viento pueden influir en la seguridad y efectividad del proceso.
Una de las prácticas más descuidadas en muchas regiones es la disposición adecuada de los envases vacíos de productos fitosanitarios. Pletsch fue enfática al respecto y señaló que “esos envases no se pueden reutilizar para absolutamente nada”. Tras utilizar el contenido, se debe realizar un triple lavado del envase, verter el agua utilizada en el tanque de aplicación y, finalmente, perforar el envase para evitar su reutilización.
En la provincia de Misiones, existen centros de acopio para la disposición final de estos envases, ubicados en las localidades de Alem y Puerto Rico. “La ley nacional 27.279 regula la gestión de envases vacíos y su disposición final”, recordó la ingeniera, instando a los productores a cumplir con esta normativa para evitar riesgos tanto para las personas como para el medio ambiente.
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Las Buenas Prácticas Agropecuarias como pilar de la sostenibilidad
El concepto de BPA es amplio y abarca todos los aspectos del manejo de insumos agrícolas. “Las BPA son la aplicación del conocimiento para cuidar los recursos naturales y garantizar que la producción sea sostenible”, completó Pletsch. Este enfoque tiene tres pilares fundamentales: el cuidado del ambiente, el bienestar de las personas y la seguridad alimentaria.
Cada uno de estos pilares es indispensable para asegurar que la agricultura pueda seguir siendo una fuente de alimentos sin comprometer la salud de las personas o el equilibrio ecológico. Para ello, es esencial que todos los actores involucrados en la cadena agroproductiva, desde productores hasta aplicadores, sigan las normas y recomendaciones de seguridad.