La comunidad educativa de la Escuela Provincial 567, ubicada en el barrio 25 de Mayo, necesita refacciones indispensables para el bienestar y la seguridad de los alumnos, en esta escuela “olvidada” por el Consejo General de Educación (CGE).
La Escuela Provincial Nº 567, situada en el barrio 25 de Mayo de San Vicente, enfrenta una crisis que expone las profundas desigualdades en el acceso a la educación de calidad en la provincia, según detallaron desde la comunidad educativa del establecimiento. “Con 113 alumnos en los niveles primario e inicial, esta institución educativa, que debería ser un espacio de aprendizaje y desarrollo, se encuentra en condiciones lamentables que ponen en riesgo tanto la formación como el bienestar de los estudiantes”, alertó Ángel Acosta, Profesor en Filosofía y Licenciado en Educación, afiliado al gremio UDNAM (Unión de Docentes Nueva Argentina Misiones), en un comunicado dirigido a la ciudadanía de Misiones.
La institución educativa, que por lo que muestran las imágenes, puede ser considerada una “escuela rancho”, pues está “construida con materiales rudimentarios como madera y chapa de zinc”, asimismo, “la edificación presenta múltiples deficiencias. Las rendijas en las paredes de las aulas, de 2 a 3 centímetros de ancho, permiten la entrada de frío, agravando las ya difíciles condiciones de enseñanza. El piso, de material rústico, y la falta de cielorraso en las aulas convierten cada jornada escolar en un desafío, especialmente durante los meses de invierno”, señaló el docente y referente del sindicato Udnam.
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“Recientemente, en una visita a la escuela, se constató que los alumnos soportaban temperaturas de tan solo 3 grados sin ningún tipo de calefacción. Los estudiantes, sin acceso a estufas, intentaban mantenerse ocupados mirando una película proyectada en una tela blanca transparente, dado que la escuela no cuenta con una pantalla adecuada para la proyección. Esta imagen de precariedad es un reflejo de la falta de inversión en infraestructura educativa en zonas rurales”, subrayó Acosta.
“A la grave situación de infraestructura se suma un problema aún más alarmante: la falta de acceso a una alimentación básica. Los niños que asisten a la Escuela Nº 567 no tienen acceso a un comedor escolar ni siquiera a un merendero. El gobierno provincial no ha proporcionado los insumos necesarios, lo que deja a los estudiantes en una situación de extrema vulnerabilidad”, expresó Acosta, quien acompañó las denuncias con diversos videos e imágenes que demuestran la veracidad de sus planteos, que son los de la comunidad educativa toda.
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Por otra parte, Acosta mostró su preocupación por la salud y el desarrollo de los estudiantes, muchos de los cuales llegan a clases con hambre a esta “Escuela Rancho”. “El barrio 25 de Mayo está marcado por la pobreza, con familias que viven en casillas con techos de cartón y pisos de tierra, lo que agrava la situación. Durante la jornada escolar, que se extiende desde las 7 de la mañana hasta el mediodía, no se les puede ofrecer a los alumnos ni siquiera un té caliente, lo que es particularmente crítico en estos días de bajas temperaturas”, enfatizó el docente.
En tanto, la dirección de la escuela realizó “todas las gestiones necesarias, presentando la documentación para obtener los fondos que permitan establecer un comedor escolar y un merendero. Sin embargo, hasta el momento, no ha habido respuesta por parte de las autoridades competentes. Además, la falta de un cerco perimetral en la escuela facilita que niños ajenos a la institución se acerquen, aumentando el riesgo de accidentes y comprometiendo la seguridad de todos”, alertó Acosta.
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La situación de la Escuela Provincial 567 “no es solo un problema local, sino un reflejo de las desigualdades sistémicas que enfrentan las comunidades rurales en la provincia. Los docentes, padres y alumnos claman por una intervención urgente que garantice condiciones dignas de educación. Se requiere con urgencia la inversión en infraestructura, la provisión de recursos para el comedor escolar y el merendero, y la implementación de medidas de seguridad”, puntualizó el profesor.
“Esta escuela es un testimonio vivo de la deuda social que el Estado tiene con los sectores más vulnerables. Es imprescindible que las autoridades provinciales actúen con celeridad para transformar esta realidad y asegurar que todos los niños, sin importar su lugar de origen, tengan acceso a una educación de calidad en un entorno seguro y adecuado”, sentenció el docente.