En diálogo con “La Última Rosca” de Radio Up 95.5, el analista internacional ofreció una mirada profunda sobre dos temas de relevancia global: el creciente avance de la extrema derecha en Alemania y las negociaciones para la posible adhesión de Argentina a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
González destacó que, si bien la ultraderecha ha resurgido en varios países europeos, la situación en Alemania tiene particularidades históricas y políticas que merecen atención. “Alternativa por Alemania, el partido que ganó en dos elecciones regionales, nació en 2013, y aunque inicialmente tenía un enfoque más económico, hoy se asocia con ideologías más radicales, incluyendo posturas antimigración y antiecologismo”, explicó durante el ciclo conducido por Alejandro Chini y Bryan Villalba.
Lo que resulta preocupante es que esta agrupación, según él, “se autodefine como cercana a ideas nazis, aunque está penalizado hacer alusiones directas al régimen nazi en Alemania”.
La ultraderecha alemana ha encontrado un bastión en los estados de Turingia y Sajonia, regiones del este del país. Joaquín vinculó este fenómeno a la reunificación alemana: “Los alemanes del este no participaron en la decisión sobre cómo querían incorporarse a la República Federal de Alemania tras la caída del muro de Berlín. Las privatizaciones masivas generaron desempleo y un sentimiento de ser ciudadanos de segunda clase”.
Esta sensación, sostuvo, sigue presente en gran parte de la población del este, alimentando el apoyo a partidos radicales.
El analista también mencionó el debilitamiento de los partidos tradicionales en Alemania, lo que ha facilitado el ascenso de alternativas como la ultraderecha. “El gobierno de Olaf Scholz no tiene la fuerza que tenía el de Angela Merkel. La coalición actual tiene poca aprobación, y eso crea un vacío que Alternativa por Alemania ha sabido aprovechar”, advirtió.
Una de las estrategias que los partidos tradicionales alemanes han adoptado frente al avance de la ultraderecha es lo que González describió como un “cordón sanitario”. Esta medida implica evitar coaliciones con Alternativa por Alemania, incluso cuando este partido obtiene importantes victorias electorales. “El problema es que mientras más los excluyen, más crece su apoyo, y eso puede generar una crisis democrática en el futuro”, advirtió González.
Sin embargo, el analista hizo hincapié en que el peligro de subestimar a estos partidos es real: “Muchos creen que nunca llegarán al poder, pero eso ya lo hemos visto en otros países.
Alternativa por Alemania podría seguir ganando terreno, especialmente si las demandas de los ciudadanos no son atendidas por los partidos tradicionales”. Aun así, aclaró que no todos los votantes de este partido son neonazis: “Muchos los votan simplemente porque no encuentran respuestas en las fuerzas políticas tradicionales”.
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La entrada de Argentina a la OCDE
En otro tema, González habló sobre el reciente interés de Argentina en ingresar a la OCDE, un proceso que se había iniciado durante el gobierno de Mauricio Macri y que ahora continúa bajo la administración actual. “La OCDE es un club bastante exclusivo, y Argentina lleva tiempo tratando de cumplir con los estándares necesarios para ingresar”, comentó el analista. Sin embargo, también señaló que este proceso no será rápido: “Entrar en la OCDE no es algo que se logre de un día para otro. Podría llevarnos hasta seis años”.
La OCDE, que originalmente se fundó para gestionar la recuperación económica de Europa tras la Segunda Guerra Mundial, ahora incluye a 38 países y aborda temas que van más allá del comercio, como el medio ambiente y la estabilidad macroeconómica.
Según González, el ingreso de Argentina a esta organización podría traer ciertos beneficios, pero también desafíos. “Para ser parte de la OCDE, Argentina tendrá que adaptar sus políticas públicas y cumplir con más de 250 buenas prácticas. Si bien esto puede generar estabilidad económica, también requiere de un consenso político amplio”.
El analista concluyó que, aunque el ingreso a la OCDE podría dar a Argentina una «chapa» de mayor prestigio internacional, también implica una transformación interna profunda: “Argentina debe tomar muchas de las medidas necesarias para su desarrollo, más allá de si ingresa o no a la OCDE”.