La creciente demanda de litio para la producción de baterías ha convertido al Salar de Atacama en un epicentro de extracción mineral en el norte de Chile. Sin embargo, recientes estudios han revelado que esta actividad está generando preocupaciones en la comunidad científica debido al hundimiento progresivo de la superficie del salar.
En diálogo con “El País de la Libertad” de Radio Up 95.5, el Dr. Francisco Delgado, docente e investigador del Departamento de Geología de la Universidad de Chile, abordó el fenómeno y sus posibles consecuencias.
Delgado explicó que el hundimiento del salar, que ha alcanzado hasta 10 metros en las últimas cuatro décadas, se debe principalmente a la extracción de salmuera, un líquido rico en litio. “El Salar de Atacama se está hundiendo entre 1 y 2 cm por año”, señaló Delgado, añadiendo que la superficie afectada abarca una zona de 8 kilómetros de norte a sur por 5 kilómetros de ancho, en el sector suroeste del salar.
Este fenómeno está estrechamente vinculado a la extracción de grandes volúmenes de agua subterránea, que ha provocado un descenso de al menos 10 metros en el nivel de las aguas subterráneas.
La extracción de salmuera en el Salar de Atacama se realiza mediante bombeo, seguido de un proceso de evaporación en grandes piscinas. “El 90% del agua se pierde en la atmósfera durante el proceso de extracción de litio”, explicó Delgado, destacando que esto ha generado una gran preocupación en torno a los posibles impactos ambientales, particularmente sobre los acuíferos y la estabilidad del terreno.
Sin embargo, el geólogo fue cauteloso al señalar que aún es temprano para determinar las consecuencias exactas del hundimiento. “Hoy es muy temprano para saberlo. Hay que seguir haciendo estudios”, afirmó.
El hundimiento de la superficie no es un fenómeno exclusivo del Salar de Atacama. Delgado indicó que este tipo de subsidencia se ha observado en todo el mundo, en regiones donde se extraen grandes cantidades de fluidos, ya sea gas, petróleo o agua para energía geotérmica.
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Además, comparó la situación con Ciudad de México, donde la extracción de agua subterránea ha provocado un hundimiento de hasta 40 cm por año en algunas áreas, lo que ha dañado seriamente la infraestructura local. “En Ciudad de México, las líneas del metro se fracturan y los edificios se inclinan”, mencionó el académico.
Sin embargo, aclaró que en el caso del Salar de Atacama, la falta de infraestructura en la zona afectada ha limitado el impacto inmediato. «No hay viviendas ni animales, solo pozos de bombeo en una zona increíblemente árida y seca».
Uno de los mayores temores es el posible agotamiento o contaminación de los acuíferos. Aunque Delgado reconoció que esta es una posibilidad, señaló que aún faltan muchos estudios para confirmar si este riesgo es real. “Podría ser, pero todavía faltan muchos estudios al respecto”, indicó, refiriéndose a la necesidad de seguir investigando los efectos a largo plazo de la extracción de litio.
En cuanto a las alternativas a los actuales métodos de extracción, Delgado comentó que en Chile se ha discutido la posibilidad de desarrollar tecnologías que minimicen el uso y la evaporación de agua. “Una discusión en Chile es tratar de encontrar sistemas de extracción in situ, que no impliquen la evaporación de grandes cantidades de agua”, explicó. Sin embargo, estas tecnologías aún están en fase experimental.
El Dr. Delgado concluyó su análisis indicando que, si bien el hundimiento del salar es un fenómeno preocupante, aún no se ha detectado un impacto significativo en las comunidades cercanas o en las zonas turísticas del área. “Las plantas industriales no están cerca de las zonas turísticas”, subrayó, destacando que las áreas más afectadas están alejadas de los centros poblados.