El sector productivo que depende del comercio de yerba mate se encuentra en alerta ante la reciente desregulación del precio de este producto. En una entrevista exclusiva de «La Última Rosca», Cristian Klingbeil, productor yerbatero, expresó sus inquietudes y reflexionó sobre las implicaciones de esta medida.
Durante la conversación, Klingbeil destacó dos aspectos que generan preocupación en el sector. Por un lado, la desregulación del precio del mate, que ha sido tema de discusión a nivel nacional. Por otro, la imposición de impuestos en la Apertura Liberal, lo que podría afectar significativamente al comercio.
«Hasta ahora, el precio del mate se determinaba mediante discusiones en el Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM), donde participaban diversos actores del sector. Sin embargo, con la desregulación, esta práctica fue eliminada, lo que genera incertidumbre en cuanto a la estabilidad de los precios», explicó Klingbeil.
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Según Klingbeil, el futuro del mate en la región depende de volver a ser competitivos en el mercado internacional, así como de diversificar los productos derivados de la yerba mate, como bebidas energizantes, para aprovechar oportunidades de exportación. «El aumento significativo en el precio del mate en los últimos años también preocupa al sector. Atribuimos este incremento a diversos factores, incluyendo la política económica previa y los aumentos en los costos de producción», señaló.
La competitividad con productos importados, que podrían ingresar a precios regulados, también es una preocupación para los productores locales. Klingbeil destaca la necesidad de buscar formas de ser competitivos sin sacrificar la calidad del producto.
«Además de la desregulación del precio del mate, enfrentamos otros desafíos importantes, como los altos costos de energía y los problemas relacionados con el uso de agroquímicos como el glifosato», agregó. «Pagar una factura de luz que antes rondaba los 4 millones de pesos y que ahora supera los 12 o 13 millones de pesos es simplemente insostenible para muchos de nuestros productores».
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El aumento exponencial en los costos de energía no solo afecta la rentabilidad de los productores, sino que también impacta en toda la cadena de producción y comercialización de la yerba mate. Desde los pequeños productores hasta los grandes distribuidores, todos se ven afectados por esta situación.
En cuanto al cierre del INYM, Klingbeil lo considera perjudicial para el sector, ya que limitaría el acceso a asesoramiento y apoyo para los pequeños productores, poniendo en riesgo la diversidad y la calidad del producto.
«Ante estas preocupaciones, el sector comercial del mate se encuentra movilizado y busca mantener el diálogo con las autoridades para encontrar soluciones que beneficien a todos los actores involucrados», concluyó Klingbeil.