En una charla distendida y cargada de emociones, Carolina Colman, una apasionada del deporte y las aventuras sobre ruedas, compartió su historia y cómo la vida la llevó del running al rally, fusionando su amor por los deportes con un fuerte compromiso solidario. “Siempre me gustaron los autos y las motos, y cuando me ofrecieron esponsorear a esta pareja, empecé a asistir a las carreras y a ver cómo era el mundo del rally. Fue allí cuando me enamoré completamente de la movida», comentó, rememorando sus primeros pasos en este deporte.
En diálogo con Ramón Romero en el programa “Cabina Deportiva”, Carolina Colman, comento que siempre fue una mujer con una conexión especial con los autos y las motos, comenzó su incursión en el mundo del rally a través de una alumna que competía junto a su esposo.
Al principio, su participación era como espectadora y sponsor, pero pronto, la chispa de la competencia se encendió. “Me encantaban los cuatris, siempre tuve uno, pero no de competencia. Un día le propuse a mi marido vender el mío y comprar uno de carrera. Y así empezó todo”, recordó Carolina Colman con una sonrisa.
Para ella, el rally fue más que un deporte: se convirtió en una forma de conexión con la naturaleza, la velocidad y el vértigo. “Cuando me subo al cuatri, me siento como si estuviera conectada con la máquina. Es una sensación de libertad impresionante”, explicó.
“Empecé corriendo en los Super Prime, donde me fueron evaluando. Después de algunas fechas, ya me dieron el OK para correr en todas las competiciones”, relató. Pero el rally no solo se trata de velocidad, explicó la deportista. “El ambiente es muy solidario. Siempre que alguien necesita algo, los compañeros están ahí para ayudar. Te sientes como en casa, muy contenida”, subrayó.
Un deporte, un sueño y un compromiso con la comunidad
Aunque el rally es para Carolina una pasión, también es una oportunidad para cumplir con otro de sus grandes objetivos: ayudar a los más necesitados. Desde su primera carrera, se comprometió a hacer de su participación en el rally una plataforma de solidaridad, eligiendo una escuela en cada localidad donde compite para recolectar útiles escolares, alimentos y otros recursos que las comunidades más vulnerables necesitan.
“En mi primera carrera, me encontré con un llamado a la solidaridad de una escuela en El Soberbio, que necesitaba leche, azúcar, útiles escolares. Fue allí cuando decidí que, cada vez que corra, llevaré algo para ayudar a una escuela. Ya no me importa si me cuesta tiempo o dinero, esto me llena el alma”, afirmó emocionada.
A través de su red de apoyo, compuesta por sus alumnas y familiares, Carolina ha logrado recolectar toneladas de donaciones para distintas comunidades. “Cada vez que llego a una escuela y veo a los chicos abrazándome, me siento renovada. Me emociona mucho ver el impacto de lo que hacemos”, dijo entre lágrimas.
“Es increíble cómo una simple acción puede transformar tanto la vida de las personas y la mía también. Los chicos me regalan su cariño y su energía, y eso es algo que no tiene precio”, compartió.
El apoyo familiar y el futuro en el rally
A pesar de las dificultades económicas y logísticas que implica competir, Carolina tiene claro que su objetivo es disfrutar y seguir creciendo dentro del mundo del rally. «Aunque el rally es un deporte caro y complicado, mi sueño es seguir compitiendo. Algún día me gustaría poder correr en una categoría de autos, pero por ahora, mi meta es disfrutar lo que hago y seguir aprendiendo», expresó.
Y, por supuesto, no está sola. Su equipo de asistencia está formado por su marido, sus padres y sus amigos cercanos, quienes siempre están allí para brindarle apoyo en cada etapa de la competencia. “Mi familia es mi motor, son mis ángeles. Siempre están a mi lado, ayudándome y dándome fuerzas”, dijo con gratitud.
Además de su participación en el rally, Carolina es entrenadora personal, y a través de su gimnasio ha logrado ayudar a muchas mujeres a encontrar su bienestar físico y emocional. “Para mí, el entrenamiento no solo es físico, es mental. Ayudo a las mujeres a sentirse bien consigo mismas, a cuidar su salud y a romper con los estereotipos. Es muy gratificante ver cómo se transforman, no solo en su cuerpo, sino en su forma de pensar”, explicó.
Este 29 de noviembre, Carolina estará en la localidad de Campo Vieira, donde, junto a su equipo, llevará a cabo una nueva campaña solidaria en dos escuelas: la Escuela 500 y la Escuela 509. Como siempre, está invitando a todos aquellos que quieran colaborar con donaciones a acercarse. “Lo que más necesitamos son útiles escolares, leche, azúcar, pintura para las aulas, y cualquier cosa que pueda ayudar a los chicos”, comentó.
Carolina no solo es una competidora en el rally, sino también una verdadera embajadora de la solidaridad. A través de su amor por el deporte, ha logrado conectar a la comunidad en una red de apoyo mutuo, donde cada kilómetro recorrido no solo es una victoria personal, sino una oportunidad para mejorar la vida de quienes más lo necesitan.
Su historia es un ejemplo de cómo el deporte puede ser una herramienta poderosa para el cambio social y cómo, con pasión y compromiso, se puede transformar la vida de muchas personas.