La polémica en torno a la Ley de Bioinsumos y la prohibición del glifosato en la provincia se intensifica en un debate que impacta profundamente en la agricultura, la industria tealera y la economía regional.
En medio de la creciente controversia que rodea la implementación de la Ley de Promoción de Bioinsumos y la prohibición del glifosato en la provincia, el ingeniero forestal Jorge Pujato, un destacado referente de la Asociación Forestal Mesopotámica, habló en Primera Vuelta por RadioUp 95.5, para compartir su visión experta sobre este tema. La ley, que fue denunciada por no ofrecer un marco regulatorio claro y por prohibir el uso del glifosato, desencadenó un debate en la comunidad agrícola y forestal.
La Importancia de los bioinsumos en la industria forestal
Pujato comenzó destacando la importancia de los bioinsumos en la industria forestal. Explicó que estos productos son fundamentales para reducir costos y promover prácticas ambientalmente amigables en la plantación y el mantenimiento de árboles. En el mundo forestal, el uso de bioinsumos fue una solución amigable con el medio ambiente en lugar de recurrir a productos químicos dañinos.
Sin embargo, señaló que no todos los sectores agrícolas pueden prescindir del uso de ciertos productos químicos, ya que las necesidades varían según el tipo de cultivo. “Si cosecho yerba mate y le saco calcio, fósforo o nitrógenos, tengo que reponerlo y no lo consigo dándole estimulantes de crecimiento”, argumentó. Por lo tanto, la discusión sobre los bioinsumos y la prohibición del glifosato debe considerar estas diferencias.
La prohibición del Glifosato y su impacto
Uno de los aspectos más polémicos de la ley es la prohibición del glifosato a nivel provincial. Pujato argumentó que esta medida carece de fundamentos sólidos y se basa en una percepción errónea sobre la seguridad del glifosato. Según él, el glifosato fue evaluado por organismos de control y se encuentra dentro de los límites de toxicidad aceptables, “el Senasa (por el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria-SENASA) lo colocó en banda verde, es decir que tiene baja toxicidad al igual que productos comunes como el café y el té”, aseguró.
Además, Pujato resaltó que no existen pruebas concluyentes que demuestren que el glifosato es cancerígeno, a pesar de las controversias mediáticas que lo rodean. Hizo hincapié en que la Unión Europea, después de años de deliberación, no pudo encontrar pruebas suficientes para prohibirlo y optó por requerir evidencia sólida antes de tomar una decisión definitiva.
Impacto en la industria tealera
Uno de los sectores más afectados por esta ley es la industria tealera, un pilar económico en la provincia. La prohibición del glifosato generó inquietudes entre los productores de té, ya que este herbicida se utiliza en el control de malezas en los campos de té. La exportación de té es esencial para la economía provincial, y las restricciones al uso de glifosato podrían tener un impacto negativo en este sector, afectando la calidad y cantidad de la producción.
El debate alrededor de la prohibición del glifosato generó una polarización en la opinión pública. Por un lado, aquellos que abogan por la prohibición argumentan preocupaciones sobre la salud y el medio ambiente. Por otro lado, quienes se oponen a la prohibición argumentan que no existen pruebas contundentes que respalden la peligrosidad del glifosato y temen las consecuencias económicas para la agricultura y la industria forestal.
Una preocupación legítima entre los productores agrícolas y forestales es la certificación de alternativas al glifosato. Existe una demanda para que cualquier producto que reemplace al glifosato esté respaldado por pruebas y certificaciones sólidas de organismos nacionales e internacionales. Esta es una consideración crucial a medida que se buscan soluciones viables, sin embargo, según Pujato, “lo único que mostraron fue una resolución del Ministerio de Ecología, donde confunde un insecticida con un herbicida, lo cual es una bestialidad total”, afirmó.
Un llamado a un debate informado
En medio de esta controversia, muchos piden un debate más informado y basado en evidencia científica. La revisión de estudios independientes y la consulta con expertos en salud y medio ambiente son esenciales para tomar decisiones sólidas en cuanto a la regulación de productos químicos agrícolas y su impacto en la salud pública y el ecosistema.
La controversia en torno a la Ley de Bioinsumos y la prohibición del glifosato continúa siendo un tema candente en la provincia. A medida que se desarrolla la discusión, se espera que se busquen soluciones que equilibren la protección ambiental con las necesidades de los sectores agrícolas y forestales, y que se tome en cuenta el impacto económico en la región.
Sobre el mismo tema, podés leer en: Plantean la nulidad de la “Ley de Promoción de la Producción de Bioinsumos” por inconstitucional y absurda en su contenido