El 1° de mayo de 1853, se sancionaba en Santa Fe la Constitución Nacional, como la tercer y más estable Carta Magna del país, después de los proyectos fallidos de 1819 y 1826.. Esta asamblea constituyente estuvo compuesta por representantes de trece provincias, con la notable excepción de Buenos Aires. El propósito de esta constitución era establecer las bases para la unión nacional, afianzar la justicia, consolidar la paz interior, proveer a la defensa común, promover el bienestar general y asegurar los beneficios de la libertad.
La Constitución estableció que Argentina adoptaría un gobierno de forma representativa, republicana y federal, y que el Gobierno federal sostendría el culto católico apostólico romano. La Confederación Argentina no incluye a Buenos Aires, que queda como un estado independiente hasta 1860, este se organizó constitucionalmente en 1854 bajo un régimen republicano y se mantuvo como un estado semi-independiente hasta 1859.
La situación cambió después de la Batalla de Cepeda en 1859, cuando Buenos Aires sufrió una derrota y firmó el Pacto de San José de Flores. Este pacto declaró que Buenos Aires era parte integrante de la Confederación Argentina y le permitió proponer reformas a la Constitución Nacional de 1853. Finalmente, su integración al Estado federal argentino, se formalizó con la Reforma constitucional de 1860.
La Constitución por su parte, fue modificada en varias ocasiones, siendo la última en 1994, manteniendo los contenidos principales de la Constitución original pero introdujo cambios en la estructura institucional, incluyendo la reducción de los mandatos, reducción del mandato presidencial a cuatro años y limitación a una única reelección, nuevos derechos, incluyendo el reconocimiento de jerarquía constitucional a los tratados internacionales sobre derechos humanos.