En las últimas semanas, la tensión entre Israel y Hezbollah ha alcanzado niveles alarmantes, con una serie de ataques y represalias que han incrementado la inestabilidad en la frontera entre el sur del Líbano y el norte de Israel. Joaquín González, analista internacional, dialogó con “La Última Rosca” de Radio Up 95.5 y comentó sobre los recientes episodios que han puesto en alerta a la comunidad internacional.
El conflicto tomó nuevas formas con el uso de dispositivos como walkie-talkies y buscapersonas por parte de Hezbollah, un método que, según González, no es nuevo pero sí eficaz para evitar rastreos electrónicos. Sin embargo, las últimas explosiones relacionadas con estos dispositivos generaron controversia. “Hezbollah viene hace muchos años usando esto en vez de dispositivos celulares para evitar intentos de manipulación, pero alguna vez iba a salir mal”, comenta González.
Lo que ha sorprendido a analistas es que, según algunos informes, estos equipos fueron adquiridos hace cinco meses en Hungría, a pesar de que la marca es coreana. “Es interesante y preocupante porque lleva a otra fase de la escalada del conflicto regional”, advirtió González. La situación no solo afecta a Hezbollah, sino también a las poblaciones en ambos lados de la frontera. La región, durante el último tiempo, ha sido escenario de desplazamientos masivos, tanto de israelíes como de libaneses.
En este sentido, González señaló que las recientes declaraciones del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, son clave para entender la gravedad de la situación. “Esto abre una nueva fase de la guerra”, afirmó Netanyahu, lo que llevó a algunos analistas a temer un ataque preventivo de Israel en el Líbano, con el objetivo de crear un “cordón de seguridad” para neutralizar a Hezbollah.
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A pesar de la magnitud de los ataques, González recordó que este tipo de agresiones no han logrado eliminar a Hezbollah en 30 años de conflictos. “Lo que estamos viendo quizás es una escalada mayor”, sostiene. Además, se reportó el movimiento de la División 98 del ejército israelí desde Gaza hacia el norte, lo que podría anticipar la apertura de un nuevo frente de combate.
Sin embargo, la preocupación más inmediata es el impacto sobre la población civil. “El problema es que estamos hablando de civiles en el medio”, advirtió González, refiriéndose a los desplazados y a las víctimas de ambos lados de la frontera. La movilización de tropas israelíes en el norte y la falta de avances en la reducción de la violencia alimentan el temor de una expansión del conflicto.
El analista también resaltó el papel de actores internacionales en la búsqueda de una solución. Estados Unidos intentó mediar a través de su secretario de Estado, Antony Blinken, quien se reunió recientemente con líderes de Egipto y Qatar en un esfuerzo por reducir las tensiones.
Sin embargo, la falta de disposición de las partes para ceder ha dificultado el avance hacia un alto al fuego. “Hezbollah está en una posición extrema, y el gobierno israelí también”, apuntó González, sugiriendo que esta postura intransigente está desgastando tanto a la población israelí como a la libanesa.