El analista internacional Joaquín González dialogó con “La Última Rosca” de Radio Up 95.5 y compartió sus reflexiones sobre los desafíos que enfrenta la política global en un contexto cada vez más incierto. Desde la guerra en Ucrania hasta las recientes visitas diplomáticas a Argentina, González presentó una perspectiva que mezcla escepticismo y esperanza en el poder del diálogo.
“Vivimos en un periodo de la historia muy convulsionado y lleno de incertidumbre. Es difícil dar un pronóstico porque los acontecimientos avanzan con una velocidad impresionante. Lo que es verdad hoy, puede cambiar mañana”, comentó al inicio de su análisis.
A pesar de la gravedad del escenario, González expresó una esperanza moderada en la capacidad del diálogo para evitar un conflicto de mayores proporciones: “Estoy esperanzado de que va a primar, por primera vez después de 70 años, la voz, el diálogo, y no vamos a avanzar hacia una tercera guerra mundial”. Sin embargo, no dejó de señalar sus dudas: “Me gustaría creer que el diálogo prevalecerá, pero no estoy tan esperanzado”.
Ucrania y Rusia: escalada bélica y la sombra de las armas nucleares
En cuanto a la guerra entre Ucrania y Rusia, González describió el conflicto como una “carrera armamentística” que podría derivar en un enfrentamiento de escala aún mayor. “Ya no se trata solo de Ucrania y Rusia, sino de las poblaciones y gobiernos de los países vecinos que se ven arrastrados al conflicto. Finlandia y Suecia ya alertaron a sus poblaciones de prepararse para un eventual conflicto armado”, afirmó.
Sobre el uso de armas nucleares, su perspectiva fue contundente: “Yo soy muy poco creyente de que se utilicen armas nucleares. Incluso tratándose de Putin, el riesgo sería demasiado grande. Sin embargo, parece que cada paso en el conflicto eleva la apuesta. Por ejemplo, permitir el uso de misiles de largo alcance no fue una decisión sabia. Cada vez se añade un elemento más que contribuye a la escalada”.
El descrédito de las democracias y la ineficacia de los organismos multilaterales
Uno de los puntos más críticos en el análisis de González fue la ineficiencia de las instituciones internacionales frente a la creciente inestabilidad global. “Los organismos multilaterales e internacionales que fueron creados para garantizar la paz y la seguridad no están cumpliendo con su rol. Vemos al secretario general de Naciones Unidas emitiendo declaraciones, pero no acciones concretas”, señaló.
Además, destacó cómo el descrédito hacia los sistemas democráticos agrava la situación: “Hay una impugnación creciente hacia las democracias en todo el mundo. Los actores con poder de mediación parecen más interesados en apoyar sin condiciones a una de las partes que en encontrar soluciones intermedias”.
Este descrédito no es solo externo, sino que también afecta a los gobiernos en conflicto: “En lugar de buscar un punto medio para reducir la violencia, muchos gobernantes parecen más interesados en fortalecer su apoyo interno. Pienso, por ejemplo, en la situación de Israel, donde el gobierno parece más preocupado por obtener rédito político que por garantizar la seguridad de sus ciudadanos”.
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El G20 y la Agenda 2030: promesas que se desvanecen
Sobre la reciente cumbre del G20 en Brasil, González se mostró crítico respecto a los resultados alcanzados. “No es la primera ni será la última vez que estas cumbres terminan en una declaración conjunta que no se traduce en acciones. Los acuerdos dependen en última instancia de los ordenamientos internos de cada país y de la voluntad de sus gobernantes”, indicó.
Uno de los temas más discutidos fue el impuesto global a las grandes fortunas, una propuesta impulsada por Brasil. Sin embargo, González fue escéptico: “Esto no tiene cabida en lugares como Estados Unidos, especialmente si Trump regresa al poder. En Europa es diferente, pero en general, estas medidas rara vez trascienden más allá del papel”.
En cuanto a los compromisos sobre cambio climático, la evaluación fue igualmente pesimista: “Con avances y retrocesos, cada vez estamos más lejos de los objetivos planteados. La Agenda 2030, por ejemplo, parece cada vez más lejana. En cualquier momento le cambiarán el nombre a Agenda 2050”.
Argentina en el escenario global: potencial y desafíos
Respecto a las recientes visitas diplomáticas a Argentina, González destacó su importancia, pero también señaló áreas de mejora. “El contacto con otros países siempre es provechoso, pero Argentina tiene una deuda pendiente con Sudamérica. Es el primer presidente argentino que, en su primer año de gobierno, no visitó a otros jefes de Estado sudamericanos”, subrayó.
Sobre las reuniones con Emmanuel Macron y Giorgia Meloni, ofreció un análisis detallado. “Con Macron, la visita parece haber sido más un mensaje sobre la imposibilidad del acuerdo entre la Unión Europea y el Mercosur, bloqueado por intereses agropecuarios franceses. Con Meloni, hubo más coincidencias ideológicas, pero las declaraciones fueron bastante vagas”.
A pesar de estas críticas, González concluyó con un mensaje de optimismo moderado: “El fortalecimiento de las relaciones internacionales siempre es positivo. Pero Argentina debe mirar también hacia Sudamérica y aprovechar el potencial de la cooperación regional para enfrentar los desafíos globales”.