El Juez en lo Correccional y de Menores de Posadas César Jiménez en diálogo con Diego Salazar en el programa Segunda Página que se emite los sábados en Radio Up 95.5 se refirió a diferentes temas de interés basándose en el trabajo continúo de la justicia misionera.
Cabe destacar que Jiménez en el mes de septiembre asumió como coordinador de la Comité Panamericano de Juezas y Jueces por los Derechos Sociales y la Doctrina Franciscana (COPAJU) o los Jueces Papales de Argentina. El juez correccional de menores César Jiménez expresó duras críticas hacia el estado actual de Argentina, describiéndolo como un “estado sin norma, de un estado desprovisto de la posibilidad cierta de tener proyecto
Jiménez, coordinador del capítulo argentino del Comité, destacó que actualmente el país atraviesa una situación de crisis social que afecta especialmente a los sectores más vulnerables, en particular a los niños. “Estamos hablando de casi un 70% de niños de 4 a 10 años que son pobres. Estamos hablando de un estado que no le interesa la pobreza ni la indigencia”, afirmó. En su opinión, la situación refleja una “agonía de la Constitución” y una falta de voluntad para implementar políticas que promueven derechos económicos, sociales, culturales y ambientales (DESCA).
Jiménez, quien aboga por una justicia con enfoque humanitario, manifestó su compromiso con una visión más inclusiva y humanista, inspirada en la Doctrina Franciscana. “Francisco toma este nombre de San Francisco, y tiene una relación directa desde mi lugar, como juez, con una justicia más humanitaria, que está más convencida de que la justicia social tendría que formar parte de la justicia”.
Agregó que “justicia sin justicia social es injusticia”, una frase que, aunque parezca redundante, “es certera y específica para graficar lo que viven y están padeciendo muchos argentinos”.
La judicialización de la pobreza y el problema de la imputabilidad juvenil
El magistrado también subrayó cómo la pobreza se convierte en un caldo de cultivo que lleva a los jóvenes de sectores empobrecidos a incurrir en conductas delictivas, en su mayoría relacionadas con delitos contra la propiedad.
“Lo que estamos haciendo es, con esta situación económica de los sectores empobrecidos, haciendo caldo de cultivo para que en algún momento comiencen a caminar por nuestros pasillos judiciales”, sostuvo y agregó “Estamos hablando de un estado sin norma, desprovisto de la posibilidad cierta de tener proyectos sociales inclusivos y eso hipoteca el futuro de muchísimos jóvenes”.
Jiménez mostró su rechazo a las propuestas de bajar la edad de imputabilidad, calificándolas como “represivas, regresivas y punitivitas”. Aseguró que dicha medida no resolvería el problema social de fondo: “Si nosotros creemos que encerrar al pibe es la alternativa válida para resolver esta situación, estamos equivocados, tenemos que ser capaces como sociedad de mejorarles la manera de vivir, sus proyecciones y su tránsito en la cotidianidad”.
Según sus estadísticas, el 100% de los menores que han cometido ilícitos en Misiones son de sectores empobrecidos y presentan problemas de adicción. “Antes tenía un 30% de adictos, hoy ya estamos hablando de un 100%”, resaltó, advirtiendo sobre el crecimiento en el consumo y sus efectos en la conducta juvenil. «No tenemos que ser cómplices de un modelo que no incluye a todos”, concluyó.
Crítica a la falta de diálogo político
Además, Jiménez cuestionó la falta de diálogo y consenso en el Congreso, describiendo la situación actual como “un gallinero” donde prevalece el insulto y la acusación, en vez de la construcción de políticas efectivas.
En este contexto, Jiménez criticó a los medios y los intereses políticos que promueven el debate sobre la imputabilidad en lugar de enfocarse en los problemas estructurales: “Si nosotros no nos damos cuenta y no vemos cuáles son las causales eficientes para que se produzca este tipo de conductas, también estamos equivocados y eso no trae soluciones sino que más inconvenientes y sobre población en las unidades penales”, advirtió.
Jiménez concluyó haciendo un llamado a implementar políticas públicas efectivas que puedan ofrecer un futuro viable a los jóvenes en situación de vulnerabilidad: “Tenemos que pensar por qué lo hace, por qué lo piense, no le robemos el futuro a los pibes sino que démosle herramientas para salir de ese espacio delictivo y transformar su vida”, insistió.