La Universidad Nacional de Misiones (UNaM) se mantuvo bajo la lupa del control interno y externo durante décadas, reafirmando su compromiso con la transparencia en el uso de recursos públicos.
A la luz de nuevas disposiciones gubernamentales y la intención de coordinar auditorías a nivel nacional, “RX – Realidad Mixta” de Radio Up 95.5 dialogó con Walter Ariel Fernández, contador público y auditor interno de la UNaM, quien explicó como es el proceso de fiscalización y la labor en conjunto con la Sindicatura General de la Nación (SIGEN) y la Auditoría General de la Nación (AGN).
Desde la sanción de la Ley de Administración Financiera y la Ley de Educación Superior, se llevaron a cabo controles rigurosos en las universidades nacionales para asegurar el correcto manejo de los recursos públicos. “Las universidades nacionales siempre fueron controladas de auditadas”, afirmó Fernández, señalando que el marco normativo establece un doble sistema de auditoría.
“Por un lado, el control externo, a cargo de la AGN, y, por otro, el control interno, bajo la responsabilidad de las unidades de auditoría interna de cada universidad”, explicó. La UNaM no es la excepción y cuenta desde 1993 con una unidad de auditoría interna que reporta a la máxima autoridad institucional.
El trabajo en equipo con la SIGEN fue una constante en el caso de la UNaM, reflejado en el cumplimiento anual de un plan de trabajo auditado conforme a los lineamientos de la SIGEN hasta el año 2023. Según Fernández, estos planes establecen la verificación de distintos procesos y la frecuencia de revisión de cada uno, de acuerdo con los riesgos y la complejidad que representan. “Tenemos un plan ciclo de auditoría de cinco años, que comenzó en el 2021 y finaliza el próximo año, en el que se asegura que al menos una vez durante el ciclo se auditen todos los procesos”, explicó.
No obstante, en julio de 2023, una resolución emitida por el procurador general en 2022 determinó que el control interno de las universidades quedaba fuera del ámbito directo de la SIGEN. Desde entonces, la UNaM suspendió la entrega de informes en el sistema de seguimiento de observaciones de la SIGEN y se reforzaron los sistemas de control interno en todas las universidades.
“A partir de ahí, surge la necesidad de reforzar el sistema de control interno”, comentó Fernández. En este contexto, se adhirió a un acuerdo en el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) para formular una base de control interno unificado en el ámbito universitario.
Por otro lado, el auditor destacó que, aunque las universidades ya no remiten sus informes a la SIGEN, se suscribieron convenios de colaboración debido a la importancia de este organismo como rector del control interno. “Firmamos acuerdos de colaboración con la SIGEN, y todo nuestro trabajo se basa en las normas de auditoría y el control interno gubernamental que emite la SIGEN”, afirmó.
Este modelo de cooperación y fortalecimiento mutuo dio lugar a la creación de redes de trabajo como la REDI (Red de Auditoría Interna Universitaria) y otras plataformas de colaboración, donde auditores de distintas universidades comparten herramientas y estrategias de control.
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Observaciones y mejoras continuas: la misión de la auditoría interna
Desde noviembre de 2016, Fernández se mantuvo al frente de la auditoría interna de la UNaM. Durante este tiempo, ha supervisado el cumplimiento de las políticas y normativas en cada gasto e inversión realizada. “El servicio de auditoría interna es un control posterior; verificamos lo que ya se gastó y se formulamos observaciones o hallazgos para mejorar los procesos”, señaló. En cada informe se detallan sugerencias destinadas a perfeccionar la eficacia, eficiencia y economicidad de la gestión de recursos, fomentando una mejora continua en los procesos institucionales.
La coordinación con la AGN también fue clave para la UNaM, que siempre estuvo abierta a ser auditada por este organismo de control externo. Fernández aclaró que, hasta la fecha, no se recibieron solicitudes adicionales por parte del gobierno actual, pero esperan lineamientos para elaborar el plan de trabajo conjunto del próximo año. Todos los informes de la auditoría interna están disponibles para revisión por parte de la AGN y son de acceso público.
Para Fernández, el rol de la SIGEN y la AGN es fundamental y complementario en la supervisión de los recursos. “La SIGEN es el órgano de control interno del Poder Ejecutivo, y la AGN, el control externo; son las dos caras del control”, apuntó.
La auditoría interna, según explicó, trabaja en conjunto con estos organismos en cuestiones como las rendiciones de cuenta, la auditoría académica y la emisión de títulos. El objetivo, en última instancia, es asegurar que el gasto universitario cumpla con los lineamientos establecidos por la autoridad superior y con las normas del Congreso.
“Lo que buscamos con el control interno es proponer mejoras en los circuitos, en los procedimientos”, concluyó el auditor.