En el marco del Día Mundial del Cáncer de la Sangre, que se conmemora cada 28 de mayo, se busca generar conciencia sobre las enfermedades malignas que afectan la médula ósea y el sistema hematológico, como leucemias, linfomas, mielomas e inmunodeficiencias. La detección temprana y el acceso a tratamientos eficaces son claves para mejorar la calidad de vida de los pacientes.
Este año, la fecha llega con una noticia alentadora: Argentina aprobó Asciminib, un medicamento de última generación para el tratamiento de la leucemia mieloide crónica (LMC), el cual se posiciona como el primero y único en su clase.

¿Qué es el cáncer de sangre?
El término “cáncer de sangre” agrupa distintas enfermedades que afectan a las células productoras de sangre en la médula ósea, interfiriendo con la producción y funcionamiento normal de glóbulos blancos, rojos y plaquetas.
En Argentina, la leucemia mieloide crónica representa el 15% de las leucemias en adultos, con una incidencia estimada de 1 a 2 casos por cada 100.000 personas. Su diagnóstico suele darse de manera incidental durante análisis de rutina, ya que sus síntomas —como fatiga, pérdida de peso o sudoración nocturna— pueden pasar desapercibidos.
Asciminib: la nueva esperanza terapéutica
Recientemente aprobado para su uso desde la primera línea de tratamiento en adultos con LMC en fase crónica, Asciminib introduce un mecanismo de acción innovador, con mayor especificidad y menos toxicidad que los inhibidores de tirosina quinasa (ITK) tradicionales.
“Asciminib representa una nueva era en el tratamiento de la LMC. Es una terapia más selectiva, que ofrece una eficacia sostenida y menor carga de efectos adversos, lo que mejora significativamente la adherencia y calidad de vida del paciente”, explicó la Dra. Carolina Pavlovsky, jefa de Investigación en FUNDALEU.
Este medicamento actúa bloqueando de forma precisa la proteína BCR::ABL1, responsable de la proliferación descontrolada de células malignas en la leucemia mieloide crónica, y ha demostrado superar en seguridad y efectividad a los tratamientos estándar.

Un nuevo paradigma en el abordaje de la LMC
El objetivo del tratamiento de la LMC es lograr una respuesta óptima que permita alcanzar una sobrevida similar a la población general. En ciertos pacientes, incluso puede lograrse la discontinuación del tratamiento si se alcanza una respuesta molecular profunda sostenida.
La incorporación de Asciminib en líneas tempranas amplía las opciones terapéuticas para esta enfermedad, permitiendo una mejor adaptación del tratamiento a cada paciente, considerando edad, comorbilidades y respuesta inicial.
“Su uso temprano no solo mejora el control de la enfermedad, sino que también minimiza el impacto de los efectos secundarios, permitiendo tratamientos más sostenibles a largo plazo”, agregó Pavlovsky.
Concientización y acceso: claves para combatir el cáncer de sangre
La conmemoración del Día Mundial del Cáncer de la Sangre busca visibilizar este grupo de enfermedades que, pese a su gravedad, pueden controlarse eficazmente si se detectan a tiempo y se accede a los tratamientos adecuados.
El caso de Asciminib demuestra el avance de la medicina personalizada, enfocada en terapias más precisas y menos invasivas, abriendo una nueva etapa en el tratamiento de enfermedades hematológicas crónicas.