Sobre el río Paraná, en el tramo que fluye entre las provincias de Chaco y Corrientes, se alza un puente que no solo conecta dos territorios, sino también historias de vida y desesperanza transformadas por seres de luz. Este es el escenario donde los «Ángeles del Puente», un grupo de jóvenes y familias, despliegan sus alas invisibles para brindar consuelo y apoyo a aquellos que se encuentran en su momento más vulnerable y punto de terminar con sus pesares.
Cada día, las 24 horas del día, de todas las semanas, los miembros de la iglesia Casa de Dios, ubicada en la avenida Raúl Alfonsín, de la capital de Corrientes, patrullan el puente que une a ciudad correntina con Resistencia, Chaco. El grupo, conformado por 250 integrantes, tiene una misión que es clara: ser un faro de luz para las almas en tormento que contemplan el abismo del río como posibilidad de poner un final. Pero gracias a la presencia constante de estos guardianes, muchas vidas fueron rescatadas del borde de la desesperación.
Desde su formación, los «Ángeles del Puente» llevaron a cabo numerosas intervenciones, salvando a 45 personas de una muerte segura. Además, realizan un seguimiento continuo a través de visitas domiciliarias, mensajes y llamadas que aseguran el bienestar a largo plazo de aquellos a quienes ayudaron. A través de actividades y reuniones en la iglesia, ofrecen un espacio seguro donde las personas pueden compartir sus luchas y encontrar un sentido de pertenencia y propósito
Intervenciones que salvan
La propuesta surgió como respuesta a una situación trágica cercana a la iglesia, donde un joven se quitó la vida. Esto motivó a la comunidad a organizarse para estar presentes en el puente, orando y ofreciendo ayuda a quienes enfrentan depresión y otras dificultades. La estadística alarmante de una persona por semana intentando suicidarse en el puente impulsó a la iglesia a tomar acción.
Los fundadores de esta causa son Gustavo Almirón y Rocío Tellechea, quienes, movidos por la necesidad de contribuir con el bienestar de sus semejantes, ayudaron a organizar el grupo. La idea de patrullar el puente surgió como una forma de poner en práctica su fe y compromiso con la comunidad, más allá de la oración, para intervenir activamente en la prevención del suicidio.
Hay historias de personas que fueron rescatadas por “Los Ángeles del Puente”, como por ejemplo, un hombre de 46 años, que fue persuadido por el grupo, justo cuando intentaba saltar del puente interprovincial General Belgrano. Cada rescate es una vida salvada y una familia que no tiene que enfrentar la pérdida de un ser querido.