Así lo manifestó Andrea Passerini, coordinadora de la Comisión de Lechería de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y la Pampa (CARBAP), en diálogo con Radio Up 95.5. Según indicó, la complicada actualidad del sector se da por una suma de factores que arrastrandesde hace algunos años.
“Desde la CRA (Comisión Rural Argentina) estamos complicados desde hace un par de años, sobre todo a partir de la agudización de la sequía generalizada a casi todas las cuencas lecheras del país, sumado a todo lo que pasó en el 2023 con el dólar soja”, comentó Passerini.
“Darle de comer a las vacas era muy complicado porque progresivamente se habían dañado o destruido todos los verdeos y las pasturas, con lo cual había que salir a mantener a las vacas comprando afuera del campo todos los subproductos de alimento balanceado, cascarilla, harina de soja, lo que se pudiera”, explicó.
Según relató Passerini, “al mismo tiempo, comenzaba a haber restricciones a la oferta, es decir, costaba mucho conseguir esos subproductos de afuera y además lo que se conseguía era absolutamente carísimo”. “Toda esa dinámica afectó porque el tambo es un negocio de largo plazo”, apuntó.
“Durante el 2023 la caída de la producción agregada, fue de un solo 2%. En lechería, primero se resiente en los rodeos, se malvendió mucha vaca porque no se le podía dar de comer, entonces aquel tambo que no cerró se mantuvo achicando su rodeo, o sea, su máquina de producir, para poder darle de comer al grupito que podía salvar”, señaló Passerini.
“Finalmente, pasa lo que estamos viendo ahora, que es la punta del iceberg, y es que cae la producción como un piano”, destacó.
Passerini resaltó: “Nosotros veníamos diciendo que la crisis que se estaba dando en la lechería era de tal magnitud, pero ni los gobiernos de turno, ni los industriales se hicieron eco de ese tsunami subterráneo que estaba pasando”.
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“La verdad es que en el medio de la vorágine de campañas electorales y demás, nadie nos dio bolilla, porque a nadie le importaba”, aseguró.
Y apuntó: “La pregunta es ‘¿qué hacemos ahora?’ y es hacia el Gobierno Nacional, hacia los gobiernos provinciales, y hacia la misma cadena y hacia los industriales, que nos han comprado la leche a precio de remate durante todo este proceso de destrucción de valor”.
Por otro lado, afirmó que “los industriales compran a los productores a ‘precio vil’, porque ellos fijan nuestro precio de manera unilateral y no podemos negociar con los industriales”.
“Nosotros no podemos acopiar la leche en silo bolsa, ni tampoco vender nuestra leche cruda directamente. Sí o sí tenemos que entregársela al industrial con el que estamos comercializándola, pero lo hacemos sin saber qué precio nos va a pagar”, manifestó Passerini quien además señaló que el precio del litro de leche en el mes de febrero no alcanzó los $300.
Además, indicó que “no sólo las malas políticas macroeconómicas y las crisis climáticas son las responsables de lo que está pasando. También, adentro de la cadena, donde vos no tenés reglas de juego comerciales y te obligan de facto a vender tu leche como la estás vendiendo, así no se puede seguir”.
Por último, se refirió al impacto de la apertura de las importaciones, donde los lácteos (integrantes de la canasta básica) se verán afectados por la competencia extranjera y calificó la decisión como “intelectualmente deshonesta”.
“Acá se produce la leche más barata del planeta, creo que es un error lo que están haciendo”, completó.
La dirigente ruralista no aludió al precio del producto en góndola, donde el consumidor abona más de mil pesos el litro.