El aumento de la miopía en niños pequeños encendió las alarmas entre los profesionales de la salud visual a nivel global. La oftalmóloga Ana Schanton, dialogó con Radio Up 95.5 y expresó su preocupación por este fenómeno, que se vio incrementado notablemente desde la pandemia, y cómo la exposición prolongada a pantallas y la falta de actividades al aire libre están afectando el desarrollo ocular infantil.
Según Schanton, el aumento de casos de miopía en niños ya venía gestándose antes de la pandemia, pero el confinamiento y la reducción de las actividades al aire libre aceleraron este fenómeno. “Con la pandemia, donde los chicos estuvieron más tiempo encerrados, con menos actividad al aire libre, se empezó a estirar un poquito el tiempo de exposición a pantallas”, señaló.
Además, destacó que este aumento no solo se da en niños con antecedentes familiares de miopía, sino también en aquellos que no cuentan con esta predisposición genética. “Eso es lo que nos está preocupando bastante”, afirmó.
El rol de la luz solar y el aire libre
La oftalmóloga explicó que uno de los principales factores en el desarrollo de la miopía es la falta de exposición a la luz solar. “El desarrollo normal del ojo del niño necesita de la luz solar para crecer”, comentó. La combinación de un mayor tiempo frente a pantallas y menos exposición al sol crea el “combo perfecto para generar un aumento en el desarrollo de las dioptrías”, agregó.
En este sentido, Schanton destacó la importancia de que los padres tomen un rol activo en la prevención de la miopía infantil, especialmente en los primeros años de vida. “Si yo tengo un niño chiquito, chiquito en los primeros tres años de vida, tenemos que saber que ese niño no necesita un celular. No necesita pantallas. La recomendación entre los 0 y 3 años es 0 de pantallas”, subrayó.
Para los niños mayores de 3 años, recomendó limitar el tiempo de exposición a pantallas a un máximo de dos horas al día y fomentar actividades al aire libre. “Hacer actividades a la tarde, o mientras va a la escuela en auto, esa horita que sea mirando lejos, al horizonte”, sugirió.
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En cuanto a los adolescentes, Schanton reconoció que el control es más difícil. “El problema de los adolescentes es el más grave en cuanto a lo que es control de pantalla”, comentó. Sin embargo, destacó que la comunicación con ellos es clave: “Hay que hablarles y explicarles las consecuencias de mirar horas prolongadas de pantalla, que no es solo la miopía, también aparece ojo seco y alteraciones a nivel social”, mencionó.
Consultada por los datos específicos de Argentina, Schanton explicó que, aunque aún no se cuenta con estudios definitivos post-pandemia, su experiencia en la práctica diaria muestra un aumento preocupante. “Yo diría que existe un 30 o 40% más de pacientes con miopía que en otras épocas”, comentó, destacando la magnitud de este incremento en su consulta. «Es un número grande, importante”, enfatizó.
Tratamientos para frenar la progresión
Por otro lado, Schanton explicó que, una vez instaurada la miopía, es fundamental realizar controles periódicos y aplicar correcciones visuales como el uso de lentes. En casos donde la miopía progresa rápidamente, existen tratamientos disponibles, como medicamentos que ayudan a detener su avance. “El objetivo es tratar de frenar la progresión de la miopía, pero también es un combo. La medicación sola no va a ser maravillosa”, advirtió.
Una de las recomendaciones más fuertes de Schanton es el deporte. “El deporte trae innumerables beneficios. Si es un deporte al aire libre, muchísimo mejor, porque es una hora, una hora y media que el niño está mirando lejos y haciendo actividad física”, indicó.
Finalmente, la oftalmóloga concluyó que, si bien el problema de la miopía infantil es preocupante, existen formas de prevenir su avance y mitigar sus efectos, siempre que se tomen las medidas adecuadas desde una edad temprana.