La política misionera se encuentra en una encrucijada donde los discursos y las acciones parecen caminar en direcciones opuestas. La proclamada democracia republicana, que debería sustentar el sistema de gobierno en Misiones, se enfrenta a una realidad que cada vez se asemeja más a un régimen unipartidista. Como aquel pensador errante que busca reconciliar la teoría con la práctica, caigo en la dicotomía de seguir sosteniendo la frase “Misiones es una provincia con un sistema republicano, democrático y representativo de gobierno”. Sin embargo, los movimientos recientes del Frente Renovador han planteado serias dudas sobre la vigencia de esos principios.
Durante los últimos días, el accionar del Frente Renovador ha indicado que, al fiel estilo norcoreano, con grandes emolumentos y acciones destinadas a reivindicar las cualidades del líder, silenciosamente llevan a cabo un intento de unipartidismo, buscando desarmar todo armado político que se encuentre en una vereda distinta.
Ejemplo de esto es el extraño vínculo que sostienen con el PJ Misionero, fragmentado por la propia división instalada por orden del conductor del espacio renovador, Carlos Rovira. En búsqueda de resultados electorales, ha arrastrado hacia su frente algunos nombres que han integrado listas e, inclusive, hoy ocupan espacios legislativos, como el propio diputado nacional Arrúa. Puertas adentro, históricos dirigentes que vieron mejores épocas del partido de Perón manifiestan hoy ser un furgón de cola de la renovación, encontrándose imposibilitados de convocar a elecciones partidarias internas y “obligados” a seguir los lineamientos que surgen desde el Parque Paraguayo.
Por otra parte, continúa la incógnita de qué sucederá con la banca del ya exdiputado Germán Kizcka, que fue expulsado el jueves pasado en la última sesión de la Legislatura Misionera. Días atrás, en “La última rosca”, programa que conducimos junto a Alejandro Chini, habíamos adelantado la postura de la legisladora Anazul Centeno, quien se encontraba encabezando la comisión investigadora. Ella manifestó que “el tribunal debería expedirse y emitir una sanción ejemplar hacia el partido y el frente que han alojado entre sus filas a Kizcka”, buscando congelar la banca que hasta hace unos días ocupaba el diputado, quedando vacante y pudiendo renovarse recién a fines de 2025.
En palabras del diputado nacional (MC) Luis Pastori, en su editorial “Misiones: a 5 minutos del totalitarismo”, planteó: “Bastó una simple nota de opinión del conductor del espacio oficialista sugiriendo que la lista opositora que había propuesto a Kizcka debería ser castigada por el hecho de no haber adivinado con antelación acerca de la conducta privada de uno de sus miembros, para que salga el coro de aduladores reclamando que esa banca permanezca vacía como sanción ejemplificadora para todos y todas, mostrando que con su mayoría pueden hacer lo que les plazca”.
Ahora bien, ¿es constitucional lo que plantean? En principio, no. El diputado Kizcka fue expulsado el jueves pasado y, al igual que con el procedimiento de renuncia, la banca debería ser completada por el siguiente en el corrimiento de la lista del año en que hubiera sido electo, en la sesión inmediatamente posterior. Pero, a 48 horas de la mencionada sesión, no nos consta siquiera que se hayan contactado con el Dr. Javier Mela, quien es el indicado a asumir esa banca. La única herramienta legal en la que podría basarse el Tribunal Electoral sería en el apartado constitucional que se refiere a que la banca podría no renovarse faltando menos de un año para cumplimentarse el mandato, lo cual aún estamos a varios meses de que suceda.
Lo siguiente que deberíamos tener en cuenta es el macabro período de sesiones que tiene el cuerpo legislativo que menos sesiona en todo el país, finalizando sus sesiones ordinarias el 31 de octubre. Con lo cual, si no asumiera su banca hasta esta fecha el nuevo diputado, solamente un milagro proveniente de la voluntad popular podría lograr que la Cámara de Representantes de Misiones convoque a una sesión extraordinaria. No lo han hecho para discutir la renuncia del diputado Kizcka; mucho menos lo harían para darle a la oposición, que, dicho sea de paso, ha prácticamente desaparecido de toda escena y opinión, una banca que solamente les sumaría un voto en contra en su fantasía de concentrar el poder.
La situación actual en Misiones plantea una incógnita inquietante: ¿hacia dónde se dirige la provincia? El accionar del Frente Renovador, en su afán por consolidar un poder absoluto y eliminar cualquier disidencia, ha sembrado las bases de un sistema que se asemeja más a un unipartidismo disfrazado de democracia. La expulsión de Germán Kizcka y la posible congelación de su banca hasta 2025 son solo síntomas de un problema mayor: la erosión de las instituciones democráticas y el silenciamiento de la oposición. Si seguimos por este camino, la frase “Misiones es una provincia con un sistema republicano, democrático y representativo de gobierno” podría quedar reducida a un mero enunciado vacío, mientras la realidad nos muestra la consolidación de un poder hegemónico que amenaza con perpetuarse sin contrapeso alguno.
Bryan Villalba…