«Son números lamentables, siempre decimos que nunca van a ser cero, pero vienen disminuyendo año a año», afirmó Franco Basigalupi, director de Seguridad Acuática.
La temporada de altas temperaturas en Misiones trae consigo un problema recurrente: los bañistas que buscan refrescarse en lugares no habilitados, poniendo en riesgo su seguridad. Según datos oficiales, en lo que va del período octubre-abril, ya se registraron 12 personas ahogadas en la provincia.
«Son números lamentables, siempre decimos que nunca van a ser cero, pero vienen disminuyendo año a año», afirmó Franco Bacigalupi, director de Seguridad Acuática, sobre ahogamiento en lugares no autorizados.
El año pasado, el total de ahogados fue de 17, una cifra que evidencia una leve mejora, pero que sigue generando preocupación. «Estos últimos meses los calores hicieron que la gente ingrese más al agua y, como consecuencia, se produjeron más ahogamientos en esos lugares», señaló.
La mayoría de estos accidentes fatales ocurren en sitios sin guardavidas ni medidas de seguridad. «No podemos prohibir que la gente ingrese al agua, pero al menos deben conocer la zona y tomar precauciones», advirtió.
Uno de los factores de riesgo más comunes es la confianza excesiva en las propias habilidades de nado. «Muchos creen que pueden llegar más lejos de lo que realmente pueden, y allí es donde se producen los ahogamientos», explicó el funcionario. Además, turistas de otras provincias desconocen los peligros específicos de cada sitio y pueden subestimar la fuerza de la corriente o la profundidad irregular de los ríos y arroyos.
Respecto a los puntos más peligrosos, Bacigalupi indicó que «si vamos a lo que es una habilitación de un balneario o una playa, muchos lugares en el interior no deberían estar habilitados». Entre los riesgos más frecuentes mencionó «cascadas, zonas con mucha correntada y piedras resbaladizas cubiertas de musgo».
En cuanto a la seguridad en el río Paraná, comparando las costas argentinas y paraguayas, explicó que «el río es el mismo, pero la diferencia es la irregularidad de nuestra costa. Hay lugares donde en dos metros de distancia la profundidad cambia drásticamente, mientras que en Paraguay las playas son más uniformes». En Posadas, sin embargo, las dos playas públicas cuentan con guardavidas y boyas de contención, lo que ayuda a reducir los accidentes.
Para la prevención, hizo hincapié en la importancia de la supervisión infantil: «Los niños no deben estar a más de un metro de un adulto responsable. No hablamos del hermano mayor de 10 años, sino de un adulto que pueda reaccionar rápido si el niño tiene un problema». También alertó sobre el uso de flotadores, que pueden generar «una falsa sensación de seguridad», y la necesidad de consultar siempre a los lugareños sobre las condiciones del agua antes de ingresar.
«Si nos cobran una entrada en un lugar, debemos exigir que haya seguridad, como la presencia de guardavidas. La prevención y la información son clave para evitar tragedias», concluyó.






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