Es oriunda del Soberbio, quería salir de Argentina para conocer y viajar por el mundo y ahora trabaja en Nueva Zelanda. Esta es la historia de Jalina Haydor, la misionera que, por una visa de trabajo y juntando kiwis, ya está instalada en el continente oceánico.
Sumergirse en la vida cotidiana de Nueva Zelanda es adentrarse en un mundo de contrastes y oportunidades, así lo describe Sofía, una argentina que decidió aventurarse en este país insular del Pacífico Sur. En una entrevista exclusiva con La Última Rosca, Jalina Haydor repasó su incursión al exterior «Buscando información y mirando videos sobre Nueva Zelanda la verdad es que me enamoré y me encantó» y agregó «Tras la habilitación de visas post pandemia, ella y su hermano aplicaron y obtuvieron una, permitiéndoles estar en el país por un año, con posibilidad de extensión.
Jalina, radicada en la Isla Sur, describe su experiencia laboral en mantenimiento de contenedores como parte de la flexibilidad laboral que ofrece el país. «Desde que llegas siempre estás un poco cambiando», señala, destacando la versatilidad de oportunidades que ofrece Nueva Zelanda, «desde que llegas es fácil conseguir trabajo». Además, donde reside mencionó que si bien no existen datos precisos pero estimó que hay «entre dos y tres mil argentinos que llegan anualmente con la misma visa» agregó también que «somos una de las comunidades de latinos más grandes, de Brasil, Chile, Argentina, concentrados principalmente en la Isla Sur».
Rutina oceánica
La Última Rosca pudo saber como el día a día, realizó un contraste en cuanto a la seguridad del país con la realidad de Argentina, donde caminar sola puede generar miedo, pero no es algo que experimente con frecuencia. La diferencia horaria y la tranquilidad de la sociedad neozelandesa también son características que dió a conocer Jalina Haydor que , señalando la adaptación necesaria para acostumbrarse a los horarios tempranos y la vida diurna.
Respecto al deporte, Jalina confiesa no ser fanática del rugby, aunque reconoce su popularidad en Nueva Zelanda y en cuanto a la educación destacó a la diferencia de costos entre Argentina y Nueva Zelanda, donde la educación superior es principalmente privada y costosa. «Para ellos es un shock que la educación superior sea gratuita en Argentina», menciona. Sin embargo, elogia la calidad de la educación primaria y secundaria en las escuelas públicas neozelandesas.
En Nueva Zelanda la vida política se vive con menor participación y manifestación pública en comparación con Argentina. «Hay para mí en ese sentido también una distancia muy grande en cuanto a cómo nosotros en Argentina o en Sudamérica mismo vivimos la política y como la sentimos», comentó. Aunque reconoció haber presenciado algunas manifestaciones, describe un ambiente político más apasible y menos efervescente que en su país de origen. Yo
La vida en Nueva Zelanda se presenta como una oportunidad para la adaptación, el crecimiento personal y la exploración de nuevas culturas. Para Jalina y muchos otros, este país insular del Pacífico Sur ofrece un equilibrio entre trabajo, seguridad y calidad de vida, que los motiva a seguir explorando y construyendo su futuro en tierras kiwis.