El anuncio se hizo tras una reunión de emergencia en Nigeria, donde el bloque regional, conocido como Cedeao, acordó responder a la insurrección militar.
Las naciones del oeste de África dieron una semana a los líderes golpistas en Níger para reinstaurar al presidente elegido democráticamente en el país, y amenazaron con emplear la fuerza si no se cumplían sus demandas.
El anuncio se hizo tras una reunión de emergencia de países de África occidental en Nigeria el domingo, donde el bloque regional, conocido como Comunidad Económica de Estados de África Occidental (Cedeao), acordó responder a la insurrección militar de la semana pasada. El presidente, Mohamed Bazoum, sigue bajo arresto domiciliario y aún no ha renunciado.
“En caso de que no se cumplan las demandas de las autoridades en una semana, (el bloque) tomará todas las medidas necesarias para restaurar el orden constitucional en la República de Níger. Esas medidas pueden incluir el uso de la fuerza”, indicó el comunicado.
El grupo también impuso duras sanciones, como suspender todas las transacciones financieras y comerciales entre miembros de Cedeao y Níger y congelar activos en los bancos centrales de la región.
Las sanciones económicas podrían tener un profundo impacto en los nigerinos, que viven en el tercer país más pobre del mundo, según los datos más recientes de Naciones Unidas. El país depende de las importaciones de Nigeria para hasta un 90% de su energía, según la Agencia Internacional de Energías Renovables.
Las sanciones podrían resultar desastrosas y Níger debe encontrar una solución para evitarlas, afirmó el domingo el primer ministro, Ouhoumoudou Mahamadou a la emisora francesa Radio France Internationale.
“Cuando (…) hay un embargo, las fronteras terrestres se cierran, las fronteras aéreas se cierran, es extremadamente difícil para la gente (…). Níger es un país que depende mucho de la comunidad internacional”, dijo.
El bloque de 15 países ha intentado sin éxito restaurar democracias tras golpes militares en los últimos años. Cuatro países están dirigidos por gobiernos militares en África central y occidental, donde se han producido nueve golpes exitosos o fallidos desde 2020.
En la década de 1990, Cedeao intervino en Liberia durante su guerra civil. En 2017 intervino en Gambia para impedir que el predecesor del nuevo presidente, Yahya Jammeh, impidiera el traspaso de poder. Unos 7000 soldados de Ghana, Nigeria y Senegal intervinieron, según el Observatorio Global, que ofrece análisis sobre paz y asuntos de seguridad.
Si el bloque regional emplea la fuerza, podría desencadenar violencia no sólo entre Níger y las fuerzas de Cedeao, sino también entre civiles partidarios del golpe y los que se oponen, según analistas en Níger.
“Aunque esto sigue siendo una amenaza y una acción improbable, las consecuencias sobre los civiles de esa estrategia si los (partidarios del golpe) escogen la confrontación serían catastróficas”, alertó Rida Lyammouri, profesor del Policy Center for the New South, un centro de estudios con sede en Marruecos.
“Creo que las sanciones económicas son las que se impondrán, pero no creo que se produzca una intervención militar por la violencia que podría desencadenar”, señaló.
La junta militar, que tomó el poder el miércoles cuando miembros de la guardia presidencial rodearon la casa de Bazoum y lo detuvieron, ya ha perseguido al gobierno y las libertades civiles.
El coronel Amadou Abdramane, vocero de la junta, dijo el domingo en la televisora estatal que todos los autos del gobierno debían devolverse para el lunes a mediodía y prohibió el uso de redes sociales para difundir mensajes contra la seguridad del estado. También afirmó que el gobierno de Bazoum había autorizado a Francia a realizar ataques para liberar al mandatario. The Associated Press no pudo verificar sus afirmaciones.
Antes de conocer la decisión de Cedeao el domingo, miles de partidarios de la junta salieron a las calles en la capital, Niamey, y arremetieron contra Francia, su antigua potencia colonial, ondeando banderas rusas y diciendo a la comunidad internacional que se mantuviera al margen.
Los manifestantes en Níger declaran abiertamente su resentimiento hacia Francia y algunos ven a Rusia como una poderosa alternativa. No está claro qué implicación tenía Moscú en las marchas, si es que alguna, pero varios manifestantes llevaban banderas rusas y carteles con el lema “abajo Francia” y que respaldaban al presidente de Rusia, Vladimir Putin.
“La situación de este país no es buena (…) Es hora del cambio, y el cambio ha llegado”, dijo Moussa Seydou, un manifestante. “Lo que queremos de los [golpistas], todo lo que tienen que hacer es mejorar las condiciones sociales para que los nigerinos puedan vivir mejor en este país y traer paz”, dijo.
(Fuente: La Nación)