El conflicto entre Rusia y Ucrania sigue en una tensa calma, donde los movimientos estratégicos de las potencias no parecen apuntar a una solución definitiva.
Joaquín González, analista internacional, dialogó con “La Última Rosca” de Radio Up 95.5 y advirtió que el supuesto plan de paz impulsado por Estados Unidos no es más que un intento por ganar tiempo en una guerra que está lejos de resolverse.
“El comunicado de la Casa Blanca es mucho más gracioso porque termina diciendo: ‘sabemos que el pueblo ucraniano nos ha agradecido por esto’. O sea, no tenemos pruebas de que el pueblo ucraniano le haya agradecido en algún momento, ni que Zelenski tampoco esté de acuerdo”, ironizó González sobre el plan de cese al fuego de 30 días.
Según el analista, este alto al fuego no establece ninguna garantía de seguridad para Ucrania, ni obliga a Rusia a retirarse de los territorios ocupados. “Lo que temen tanto ucranianos como europeos como muchos analistas internacionales es que esto solo le da tiempo a Rusia para descansar un poco de los bombardeos, rearmarse, porque es la potencia más fuerte militarmente, y tampoco salir de los territorios que ya ha conquistado”, explicó.
Esta desconfianza se basa en hechos históricos. “En 2014, Putin tenía los famosos acuerdos de Minsk, después de haber tomado toda la parte del Donbás y Crimea. Y digamos que tampoco le importó mucho para luego avanzar hace tres años sobre el territorio ucraniano”, recordó González.
El juego económico y geopolítico detrás de la guerra
Más allá del terreno militar, el conflicto también está marcado por disputas económicas y geopolíticas entre las potencias. Rusia, según González, se beneficia de la división dentro de la OTAN y los problemas comerciales entre Estados Unidos y sus aliados.
“El gran beneficio de Rusia hoy en día es que haya tanta discordia dentro de los países que componen la OTAN”, afirmó. Como ejemplo, mencionó la reciente decisión de Washington de imponer tarifas sobre el acero y el aluminio en Europa y Canadá, lo que ha generado tensiones con sus socios estratégicos.
Para González, Moscú sabe que si la OTAN está dividida, el margen de maniobra para Rusia se amplía. “Mientras estas partes estén peleadas y me proponen este tratado de paz, yo gano todo. Gano tiempo para rearmarme, no me tengo que correr de la frontera hasta la que ya llegué. Y el día de mañana, si nos sentamos a hablar de estos minerales críticos, las reservas de litio que tiene Ucrania, bueno, yo ya ocupo una parte de esas”, explicó.
De hecho, el mismo comunicado de la Casa Blanca deja entrever el interés de Estados Unidos en los recursos ucranianos. “Se dice en un momento que el objetivo de que Estados Unidos tenga presencia en Ucrania, explotando estos minerales, es que va a haber empresas estadounidenses cooperando para esto. Por lo tanto, esa va a ser razón suficiente para que Rusia no se anime a hacer nada. Cosa que es inentendible porque Rusia ya atacó Ucrania anteriormente y había empresas estadounidenses en Ucrania también”, criticó González.
Europa, la gran incógnita
Otro aspecto clave es el papel de Europa en este conflicto y su reacción ante la amenaza rusa. González recordó la frase del expresidente francés Charles de Gaulle hace 65 años: “Por las dudas, Francia debería armarse nuclearmente”.
Hoy, esa idea parece estar resurgiendo en el viejo continente. “No me parece descabellado este plan de rearme europeo”, comentó el analista, aunque advirtió que el verdadero problema es la falta de una estrategia de diálogo. “Lo que uno ve peligroso es justamente que en vez de apoyarse en otro marco de coordinación de los ejércitos, que no apele al armamento nuclear, no hay figuras moderadoras, pero tampoco se crean los espacios moderadores”, lamentó.
En este sentido, González comparó la situación actual con la época de la Guerra Fría. “En su momento, China y Estados Unidos tampoco se podían ver, pero Nixon y Mao Zedong se juntaron, hicieron una cumbre y llegaron a ciertos acuerdos. Pero me parece que no estamos en esas épocas tampoco”, reflexionó.
Para el analista, Europa ha fallado en incluir a Rusia en negociaciones serias de seguridad. “Siempre lo han visto un poco como ese enemigo a desconfiar. Me parece que también ha pasado con Turquía, otro actor clave para la seguridad regional”, opinó.
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Un nuevo orden global en disputa
En el fondo, la guerra en Ucrania es parte de una disputa mayor: el reordenamiento del poder global. “Todavía no está claro quién va a ser el dueño del planeta en los próximos 10 o 20 años”, señaló González.
Desde su perspectiva, el conflicto no se resolverá en el corto plazo y las potencias seguirán usándolo como una pieza de ajedrez en su estrategia global. Mientras tanto, Ucrania sigue siendo el principal campo de batalla de una guerra que, más allá de las armas, se libra en las esferas diplomáticas, económicas y geopolíticas del mundo.
Te dejamos la entrevista completa: