Así lo manifestó una conductora, cuya identidad pidió permanezca en el anonimato, en diálogo con Radio Up 95.5, en concordancia con el actual funcionamiento de la aplicación. Además, se refirió al proyecto que busca modificar la ordenanza vigente, el cual calificó de “muy necesario”.
El uso de Uber en Posadas es una realidad que, aunque negada y rechazada por un gran sector, se mantiene en constante crecimiento. Tan así es que, ante su implacable avance, el propio oficialismo debió reconocer su operatividad y abrió la puerta a la discusión sobre su funcionamiento en la capital misionera, acompañando el proyecto presentado por el concejal Pablo Velázquez, el cual busca enmarcar a la aplicación para su uso legal.
En este sentido, una conductora cuya identidad pidió permanezca en el anonimato, relató en primera persona cómo es trabajar “en la ilegalidad” para poder llegar a fin de mes, dentro del contexto económico cada vez más complicado que atraviesa el país.
“Empecé hace dos meses para tener un ingreso extra, porque el bolsillo no da. La situación en la que estamos me llevó a tomar la decisión de conseguir otra entrada de dinero, pregunté cómo era el tema de Uber, me parecía viable y fue lo más rápido que conseguí”, comentó.
De igual manera, reconoció que “quizás si me hubieran ofrecido otro trabajo, aparte del que tengo, quizás hubiera agarrado, eso si era mucho más dinero, pero hoy prefiero arriesgarme con Uber”.
Según relató, “en mi caso personal, la gente que yo he llevado apoya muchísimo a la aplicación. Ellos también manifiestan que es por su bolsillo, por la situación en la que están viviendo, y prefieren mil veces tomarse un Uber”.
“Hoy un pasaje de colectivo ida y vuelta sale lo mismo que un viaje en Uber y no tenés demoras, paros ni poca frecuencia”, apuntó.
“Uno va recortando de donde puede y uno de ellos es ver que sale más barato viajar con la aplicación. La gente lo prefiere porque aumenta la cuota del colegio de los chicos, porque cuando van al supermercado vuelven con la mitad de la mercadería porque aumentó todo; en tu trabajo no te aumentan y tu sueldo sigue siendo el mismo y vos tenés que seguir. Ahí te salva Uber”.
Además, la conductora señaló que “los pasajeros hacen mucho hincapié en el tema de la seguridad que tienen con la app, que quizás no la tienen con los taxis y remises”.
“Me pasó que me comentaron que habían dejado de tomar taxis porque hay mucha prepotencia de parte de los choferes. Ante una sugerencia del recorrido, que uno ya lo conoce, llegaron a responder ‘¿quién maneja, vos o yo?’. Así no los van a elegir aunque pataleen”, comentó.
“Ni hablar de la limpieza de los coches, algo básico que la gente se sorprende cada vez que sube a un Uber”, añadió.
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Respecto de esta lucha constante, señaló que “los más reacios son las personas mayores en mi opinión, los que son ‘tacheros de vida’ o que nacieron arriba de un taxi, pero creo también hay una presión sindical fuerte, aunque no estoy muy interiorizada en el tema”.
De igual manera, reconoció que “no todos los taxistas están de acuerdo con el reclamo” y apuntó que “de noche se ve mucho Uber camuflado de taxi, pero nosotros tenemos sectores en donde tenemos que cuidarnos un montón si nos llaman como la terminal, el aeropuerto o algún supermercado, porque ellos tienen las paradas ahí”.
En este sentido, se refirió al proyecto presentado por el concejal Pablo Velázquez, el cual busca modificar la ordenanza vigente que prohíbe el funcionamiento de la aplicación y lo señaló como “muy necesario”.
“Si se llega a un acuerdo, se va a poder trabajar más tranquilo, porque uno tiene que andar fijándose que no te hagan algo, pero así y todo, la gente te dice ‘yo los voy a seguir llamando a ustedes porque a mí me conviene, mi bolsillo no me da para pagar’. Prohibir la aplicación no sirvió de nada porque creció tanto la oferta de conductores como la demanda de pasajeros”, manifestó.
Además, añadió que “es irónico porque hasta la gente que supuestamente debe controlar que Uber no funcione y secuestrar los autos, después te reconoce que fuera de su horario laboral ocupa la aplicación”.
“La realidad es nosotros no obligamos a que nadie nos llame, la gente nos elige y esto va a seguir creciendo así, con prohibición o sin ella. Ojalá sea sin ella y que podamos trabajar en paz”, completó.