La víctima, de 43 años, está internada desde ayer tras sufrir un fuerte traumatismo de cráneo y fractura de costillas; ocurrió durante una degustación.
Un turista brasileño está internado desde ayer con graves heridas luego de caer unos cinco metros desde la terraza de una reconocida bodega ubicada en el departamento mendocino de Luján de Cuyo. El hombre está en terapia intensiva con traumatismo de cráneo y fractura de costillas, supo LA NACION de fuentes judiciales.
El trágico episodio ocurrió cuando el individuo, de 43 años, identificado como Antonio Álvez, realizaba una degustación de vinos en la bodega Catena Zapata, ubicada en la calle Cobos de la mencionada localidad. Por motivos que aún se tratan de establecer, la víctima cayó desde una altura aproximada de cinco metros, impactó violentamente contra el piso y enseguida perdió el conocimiento.
De manera inmediata, el hombre fue trasladado al hospital Central, ubicado en la ciudad capital de Mendoza, donde quedó internado en la sala de terapia intensiva, informó el Ministerio de Seguridad de esa provincia. Los médicos indicaron que la víctima tuvo un traumatismo encéfalo craneal por caída de altura (TEC), con formación de coágulo de sangre y fractura de costillas. Su estado de salud está siendo monitoreado de cerca por el equipo médico debido a que “es delicado”.
Según consignaron medios mendocinos en las próximas horas se dará a conocer un nuevo parte médico e informará si Álvez será o no operado a causa de sus múltiples fracturas.
Mientras se espera la evolución de la salud del turista, se abrió una investigación de oficio por lesiones graves por accidente, indicaron los medios locales. En la escena del accidente trabajó la Policía Científica junto con personal de Investigaciones y efectivos de la zona de Luján. Se esperan novedades para saber el motivo de la caída.
uentes de Catena Zapata para obtener mayores precisiones del incidente. Sin embargo, desde la bodega expresaron: “Por un tema de privacidad del turista, no vamos a dar detalles”. Aclararon además que se están peritando cámaras de seguridad instaladas en el lugar para reconstruir la secuencia del hecho.
Catena Zapata, uno de los paseos preferidos de los turistas brasileños
De acuerdo a un reciente artículo de O Globo, la bodega mendocina es una visita obligada para los turistas del gigante sudamericano de alto poder adquisitivo.
Allí, muchos de ellos pagan actualmente un precio de 885.000 pesos por persona -alrededor de R$ 9500, cambiando en el mercado paralelo- para deleitarse con la llamada “Escalera al Cielo”, un almuerzo de lujo con degustación de vinos exclusivos de Estiba Reservada, el ícono de Catena Zapata.
Este tinto mayoritariamente Cabernet Sauvignon es, vale aclarar, el vino más caro de la Argentina y la degustación incluye siete añadas de esta bebida, la mayoría de ellas difíciles de conseguir e incluso algunas prácticamente inhallables en el mercado, lo que la convierte en el sueño de todo amante del vino argentino.
Marsus Marcelo Navarro, director de la agencia de viajes de lujo Hon Travel, asegura que todos los fines de semana llegan a la provincia de la región de Cuyo aviones privados procedentes de ciudades como San Pablo, Belo Horizonte y Curitiba para pasar unos días, celebrar un cumpleaños o simplemente divertirse con amigos en torno a una mesa privilegiada. Los atractivos precios aumentan el interés, incluso para los brasileños que llegan a fin de mes y pueden permitirse volar a la Argentina. “Alrededor del 90% de nuestros clientes se alojan en hoteles de cinco estrellas y contratan excursiones privadas para visitar las bodegas”, completó el director de Hon Travel.
Según datos del Ministerio de Turismo, en los cinco primeros meses de este año, 772.000 turistas brasileños pasaron por el país y dejaron nada menos que el equivalente a 360 millones de dólares. En promedio, cada uno gasta US$750 en la Argentina. Respecto de aquellos que se trasladan al país especialmente para comprar vino, tienen permitido volver a Brasil con 12 botellas en la valija y otras seis en el equipaje de mano. Por ese motivo, la mayoría de los brasileños suelen venir con la maleta poco cargada.
(Fuente: La Nación)