La indignación y la impotencia de los usuarios de colectivos alcanzó su punto máximo con el transporte público. Hoy jueves 14 de marzo, mientras se celebre una audiencia pública para debatir el precio elevado del pasaje, se llevará a cabo una marcha de protesta contra lo que los ciudadanos han denominado el «boletazo». Los vecinos de Posadas, Garupá y Candelaria convocan a todos los usuarios al Mástil de Posadas, ubicado en Avenida Uruguay y Mitre a las 8:00 am, bajo el lema #NoAltarifazo #ViajarBien con el trasfondo de una situación económica complicada y una inflación en aumento.
El incremento en el precio del pasaje revela una desconexión entre las necesidades de los usuarios y las decisiones de la empresa de transporte. A pesar de los costos crecientes, la calidad y frecuencia del servicio no mejoran, dejando a los usuarios en una situación insostenible. Se enfrenta una realidad cada vez más dura, el constante aumento del precio del pasaje y una frecuencia de servicio que no satisface las necesidades de la población. El reciente “boletazo” eleva el costo del boleto a cifras sin precedentes, dejando a muchos en una situación de vulnerabilidad y frustración, con tarifas de $530 pesos sin Sube y $320 con Sube, y la amenaza de un aumento a $2,000.
Desde diciembre del año pasado, los usuarios no solo lamentan el aumento del boleto sino también las pésimas condiciones de viaje. “No somos ganado”, expresan los vecinos en redes sociales, describiendo el caos en la transferencia UNaM, donde los colectivos llegan cada 30 minutos y la gente se cae porque las puertas no cierran.
La poca frecuencia que fuera atribuida a “la finalización de clases y el poco uso del transporte” excluyen a los usuarios que dependen todos los días del transporte público. El hartazgo social deviene también de esta decisión del Grupo Z (las empresas Don Casimiro y Tipoka lo hicieron en simultáneo), generando que los miles de pasajeros que quedaron varados en las estaciones de transferencia de UNaM y Quaranta fueran víctimas de una decisión lamentable por parte de las empresas.
Una historia interminable para el transporte público
El “pase de líneas” de Bencivenga a Casimiro es denunciado por contribuir al monopolio, según Miriam Amarilla, miembro del grupo “Somos el Pueblo”. Expresó su frustración por la falta de soluciones a problemas persistentes y la afectación que sufrieron los trabajadores durante el reciente paro de colectivos. La transferencia de líneas beneficia a un único empresario y contribuye al monopolio en el sector, lo que ha generado preocupaciones sobre la falta de fiabilidad y calidad en el transporte público de Posadas.
El triplete de localidades que recorren las líneas Don Casimiro no son las únicas víctimas. Oberá y Eldorado se suman a la lista. El primer municipio que viene de años de un servicio escaso, sufrió una suba de $650 con tarjeta y $700 en efectivo, un aumento que representa un 150% en tan solo 60 días. Este ajuste tarifario fue aprobado por el Concejo Deliberante de la ciudad y se tradujo en un fuerte impacto a la economía de los usuarios. La medida fue objeto de polémica, con un sector opositor solicitando al Ejecutivo que vetara la suba en beneficio de los ciudadanos.
Los empresarios tampoco parecen dispuestos a dar marcha atrás, y el lunes 11 de marzo pidieron nuevas subas. Facundo Zárate, apuntó que el boleto del transporte urbano de pasajeros debería valer $2.258 . El incremento se justifica por las variaciones en los precios de los insumos indispensables para la prestación del servicio, que se manifiestan con frecuencia semanal y en algunos casos diaria, lo que demanda una adecuación más frecuente de los valores percibidos por las empresas.
En Eldorado, la situación no es diferente. Los ciudadanos enfrentan subidas en el precio del transporte que desencadenan debates sobre la monopolización del servicio por parte de Kenia, y la falta de opciones competitivas que garanticen tarifas justas y accesibles para todos. El nuevo cuadro tarifario implica un salto del boleto único sin Boleto Electrónico de $400 pesos a $900 pesos y con sube, de 340 pesos a 700 pesos. En tanto que el Boleto Estudiantil pasaría de $200 pesos a $350 pesos.
En diciembre del año pasado “dejaron de pagar los sueldos y recortaron los horarios; los colectivos estaban en pésimas condiciones, llevaban demasiada gente en cada viaje, la empresa no tenía los recursos para transportar a tanta gente”, comentó un vecino de esa ciudad. “Después de que Kenia compró ETCE, empeoró todo, recortaron aún más los recorridos, llegando a pasar 2 o 3 colectivos por hora, llenos de gente queriendo viajar, hicieron paros sin informar antes, varias veces, cortando el servicio en horas pico como las 18 horas, dejando a la deriva a muchísimas personas que terminan su jornada a la noche, como por ejemplo empleados de los hospitales”, agregó.
Estos aumentos ponen de manifiesto la tensión entre la necesidad de las empresas de transporte de ajustar sus tarifas frente a los costos operativos y la capacidad de los usuarios de afrontar estos incrementos. La situación lleva a cuestionamientos sobre la regulación del transporte público y la necesidad de políticas que protejan a los usuarios de prácticas monopólicas que puedan limitar la competencia y la calidad del servicio.