El Gobierno nacional puso en marcha el proceso de privatización de una de las empresas más relevantes del sistema energético argentino, actualmente bajo control parcial del Estado. Con el aval de la Ley de Bases, se aprobó la modalidad de venta a través de una licitación pública nacional e internacional.
Transener: empresa clave en el sistema energético
En los próximos días, se espera la publicación en el Boletín Oficial de una resolución conjunta del Ministerio de Economía, la Secretaría de Energía y otras dependencias que instruirá a iniciar tareas clave: valuación de activos, redacción de pliegos licitatorios y armado del data room para potenciales inversores.

El proceso será coordinado por la Agencia de Transformación de Empresas Públicas, con apoyo de la Subsecretaría de Energía, y se estima que podría finalizar antes de que termine el año.
El Estado nacional, que posee una participación indirecta del 26% en la empresa mediante una sociedad controlante, espera recaudar al menos USD 200 millones por su parte accionaria. Esa cifra podría aumentar tras la revisión tarifaria prevista y si se estabiliza el escenario macroeconómico.
La compañía, considerada estratégica, opera más del 80% de las líneas de alta tensión del país, lo que la convierte en un actor clave dentro del sistema eléctrico nacional. Su control también está repartido entre el sector privado, la Anses y capital accionario en la Bolsa.
Esta desinversión forma parte del plan oficial de reducir la participación estatal en empresas públicas, atraer inversiones y optimizar recursos fiscales, sin afectar la prestación de servicios esenciales.