Marzo es el lunes de la semana, aquel mes en el que se da inicio a todo, pareciera que una decisión administrativa ordenó las responsabilidades y obligaciones en este mes. Este 1 de marzo se dio inicio a un nuevo capítulo en el Congreso de la Nación y con ello se inició lo que podríamos prever como un nuevo enfrentamiento entre las “castas y los anti castas”.
Lejos de encontrarnos con algo distinto, el viernes pasado el presidente de la Nación en su discurso inaugural de las 142° sesiones ordinarias optó nuevamente por la confrontación y podríamos trazar un paralelismo con la popular película de Terminator -en la cual el personaje fijaba la mira a un objeto y lo atacaba hasta destruirlo-, ya que tal actitud, que generó aplausos por parte de una minúscula platea de militantes no es más que el ya conocido modelo de comunicación violenta que representa al presidente.
Su pronunciamiento se basó en la constante desacreditación de la política, haciendo foco en aquellos actores que se han servido de ella pero que también, aunque sea en un proceso lento, van rindiendo cuentas ante la justicia.
Por razones misteriosas que le caben a quienes llegan a una cuota de poder en el Estado y quienes desde ese momento asumen que por contar con el favor del pueblo sus ideas se convierten en verdades reveladas que sin mediar ningún debate deben ser aceptadas y posteriormente acatadas, nos encontramos nuevamente con un actor que se pronuncia y manifiesta con un claro deseo de garantizarse un espacio en la historia de la Argentina. Esta actitud que pareciera novedosa ya tuvo protagonistas de infames historias como lo fueron las de Néstor, Cristina y tal vez Carlos Menem.
Pensar que un presidente puede administrar el Estado nacional como si fuera una empresa es descabellado, más aún si pensamos que en esta administración los resultados que se pretenden mostrar hablan de cortes y recortes, que desde la mirada de aquellos que no buscan más que deseo de venganza es “lo que había que hacer”. La cosa pública no se basa en subsidiar al pueblo, sino garantizar condiciones para que las personas puedan generar riquezas y así poder auto sustentarse; sin embargo, esto no pareciera ser evaluado en este sentido, ya que la propuesta laboral y de generación de empleos debe seguir esperando un poco más, al igual que la posibilidad de pagar servicios básicos o contar con un servicio de salud accesible.
Es verdad que es necesario acomodar la cosa pública, los recursos, la administración en general, y que esta tarea ha caído en manos de tres o cuatro ministros que lo vienen realizando desde la instrucción ejecutiva. No obstante, mientras esto ocurre, las condiciones de los argentinos se ven en mal estado y, como decía mi abuela, cada gobierno que asume pide que aguantemos, y hace más de 60 años que venimos aguantando.
En otro fragmento del discurso planteó la eliminación de las jubilaciones de privilegio; nuevamente un tema debatido popularmente que nos demuestra el desconocimiento de cuándo y cuál fue la razón de su creación. Es sabido que oscuros personajes que han ocupado el sillón de Rivadavia o sus deudos cuentan con una importante suma de dinero en concepto de jubilación; la discusión de la quita no hace más que alimentar el coliseo de patanes que buscan saciar su sed de venganza más que de justicia, quitando la mirada de las verdaderas jubilaciones que atrasadas y desgarbadas reciben nuestros abuelos.
El presidente propuso un nuevo acuerdo nacional, en un tono meditabundo, solicitando a los gobernadores que se sumen a este proyecto de crear la nueva Argentina, una especie de refundación del país luego de indicar los temas del pacto, https://www.casarosada.gob.ar/slider-principal/50379-pacto-del-25-de-mayo. Teniendo en cuenta lo ocurrido con la ley ómnibus es de esperar que haya comprendido que el diálogo es el único camino para sobrellevar los intereses provinciales y políticos de las autoridades distritales, a pesar de ello, su particular manera de solicitar el acompañamiento me remontó a la fábula de Caperucita y el Lobo, que nos enseña sobre la importancia de ser precavido y no confiar en extraños, así como también sobre la astucia para enfrentar situaciones peligrosas. Esta astucia que cree tener el presidente no es más que un confuso conflicto interno en el que no comprende que para los gobernadores un sujeto que es amenazante y potencialmente peligroso para los intereses de su provincia termina siendo alguien en quien no se puede confiar.
La confianza resulta necesaria para lograr los acuerdos, para ello recordamos a Moisés Lebensohn quien decía: “Doctrina para que nos entiendan y Conducta para que nos crean”, tan necesario como urgente es poder tener una comunicación con la clase política que permita credibilidad y para ello la frase utilizada por el presidente “si quieren conflicto tendrán conflicto” recuerda a un triste y alcohólico presidente que ufanándose de su embestidura desafió a los ingleses y posteriormente llevó a la argentina a una guerra con otro país. Esta desacertada frase de Javier Milei también es una incitación a la violencia interna.
Falta poco tiempo para llegar a los primeros 100 días de gestión sin poder mostrar resultados que tengan que ver con la economía del hogar, ya que la macroeconomía es pedirle a nuestra abuela que siga aguantando. Estos días que quedan serán cruciales para no perder el apoyo popular, que en definitiva es el único con el que cuenta, y de esta manera tener que lidiar con un casi seguro juicio político en el cual sus pocos legisladores nacionales no dispondrán de ningún poder para evitarlo.
Por convicción debemos sostener y acompañar los procesos democráticos que los argentinos supimos conseguir, con aciertos y errores, pero que sin dudas es el método más efectivo para que en sociedad y en conjunto las ideas encuentren un punto de equilibrio que permita que las discusiones de fondo puedan darse y los extremos calmen sus ansias de popularidad. En este sostenimiento es imprescindible que aquellos que detentan el poder detengan la mirada en el futuro partiendo de un presente que, aunque sepamos que siempre que oscurece sale el sol, esta vez necesitamos que la oscuridad desaparezca con urgencia.