En la última semana de septiembre se encontró, en uno de los afluentes del Amazonas, una gran cantidad de cetáceos que corresponden al 10% de los delfines que habitan esa región, según un estudio reciente del Instituto de Desarrollo Sustentable Mamirauá en conjunto con WWF Brasil.
De los 153 delfines que se encontraron muertos debido a la sequía y las altas temperaturas en la Amazonía brasileña, 130 son delfines rosados y 23 tucuxis, lo que conforma un 10% de la población total de estos animales en el Lago Tefé, donde se hallaron los delfines fallecidos.
Se trata de dos especies de mamíferos cetáceos en grave riesgo de extinción, cuya causa de muerte más probable fue la elevación de la temperatura del agua, según la bióloga Mariana Paschoalini Frias, quien afirmó que la variable que mostró mayor alteración «es la temperatura del agua, lo que refuerza la hipótesis de que la mortandad de los delfines está vinculada a los cambios climáticos, a los efectos del fenómeno de El Niño y a la sequía extrema».
Asimismo, Frias explicó que, mientras que la temperatura máxima promedio del agua en el Lago Tefé es de 32 grados centígrados, en los últimos días de septiembre llegó hasta 40 grados centígrados, lo que «con seguridad generó estrés térmico en los animales» fallecidos.
Medidas para evitar más muertes de delfines
Diversas organizaciones ecologistas se encuentran ideando el modo de redistribuir a los delfines para que no sigan concentrándose en las áreas del Lago Tefé, que aún continúa con una temperatura del agua muy elevada. En este sentido, los responsables de las tareas de rescate están construyendo una especie de barrera física con estacas de madera.
De esta manera, los delfines no irán a las zonas con temperaturas más calientes, que es justamente donde se encuentran los peces de los que suelen alimentarse. Así, los casi 100 voluntarios de 21 organizaciones distintas que se encuentran en la Amazonía, están conduciendo a los cetáceos a áreas más profundas y menos calientes del Tefé.
(Fuente: Canal 26)