La historia de Pablo, un joven de 19 años que lucha por convertirse en arquitecto, se volvió viral gracias a las redes sociales. Su conmovedora historia de esfuerzo y perseverancia llevó llegado a millones de personas, tocando el corazón de un arquitecto solidario que ha decidido convertirse en su «padrino».
Pablo, residente de Monte Chingolo, atraviesa a diario un viaje de dos horas en colectivo para asistir a la Universidad de Avellaneda y seguir su sueño de convertirse en arquitecto. Aunque enfrenta la pérdida de su madre hace ocho meses, no ha abandonado sus estudios y se ha convertido en el apoyo principal de su padre, Jorge, quien trabaja arduamente para mantener a la familia.
La historia de Pablo llegó a la pantalla, donde compartió su experiencia con la periodista Paula Bernini. Su testimonio no solo conmovió a quienes lo vieron en televisión, sino que también generó una oleada de apoyo y solidaridad en las redes sociales. Usuarios de todo el mundo elogiaron la honestidad, perseverancia y amor de la familia, considerándolos un ejemplo a seguir.
Entre los millones de espectadores, un arquitecto, conmovido por la historia de Pablo, decidió tomar medidas concretas. A través de Twitter, logró contactar primero con la Universidad de Avellaneda y, posteriormente, con el propio Pablo. Este arquitecto solidario, quien ha preferido mantenerse en el anonimato, se comprometió a proporcionar a Pablo una computadora para diseño y un escritorio, herramientas esenciales para su carrera académica.
En una entrevista exclusiva el benefactor expresó: «Ese chico junto a su padre son todo lo que está bien. No podía dejar que solo fuera una historia más». Además, declaró a Pablo como su «ahijado del corazón» y manifestó su deseo de apadrinarlo a lo largo de toda su carrera. «Quiero estar ahí cuando te entreguen el título», le dijo con emoción.
Pablo, sorprendido por la repercusión de su historia, se comprometió a esforzarse al máximo para alcanzar el éxito académico y agradeció profundamente la ayuda recibida. «No me lo puedo creer. Con la ayuda voy a poder estudiar y conseguir lo necesario para seguir adelante», aseguró el joven estudiante, lleno de gratitud y esperanza. La historia de Pablo y su «padrino» arquitecto demuestra que, a veces, un gesto solidario puede cambiar el rumbo de una vida y hacer realidad los sueños más anhelados.
(Fuente: TN)