El profesor Rubén Bravo visitó el estudio de Radio Up 95.5 para hablar sobre la realidad de la educación para jóvenes y adultos de la capital provincial. Dejó entrever la falta de abordaje interdisciplinario que se necesita para atender a las difíciles realidades de quienes desean terminar sus estudios básicos.
A raíz de datos difundidos en una publicación del Observatorio de Argentinos por la Educación, el profesor de Historia Rubén Bravo estuvo invitado al programa «La Última Rosca» conducido por Bryan Villalba y Alejandro Chini que se emite por Radio Up 95.5.
Bravo se desempeña como docente en distintas escuelas nocturnas de la capital provincial y aseguró que, históricamente, la matrícula de las nocturnas de mantenían en niveles altos. Esto, según Bravo, en los últimos años fue reduciéndose drásticamente agravado por la pandemia y que, a diferencia de aquel entonces, la edad promedio de los estudiantes varía entre los 20 y 25 años.
El informe aludido sostiene que entre 2001 y 2022, la cantidad de egresados de las escuelas secundarias para jóvenes y adultos creció un 128%. Uno de cada cinco egresados (19,7%), 4 puntos porcentuales más que en 2001, termina la escuela en esta modalidad, que recibe a quienes no concluyeron la escuela común. La matrícula de jóvenes y adultos creció un 12%, acompañando la expansión de este nivel educativo en todo el país.
A lo largo de estos años, también se dio una progresiva feminización, tanto en la matrícula como en el egreso: las mujeres representan el 53% del alumnado. En cuanto a la edad, 7 de cada 10 estudiantes (71%) tienen menos de 29 años; un 13% de la matrícula tiene más de 40 años.
Aún hay una elevada proporción de la población destinataria de esta modalidad que sigue fuera de la escuela: solo en el rango etario de 18 a 29 años, hay 1.094.065 personas con secundaria incompleta.
Las provincias donde más creció la matrícula de jóvenes y adultos entre 2001 y 2022 fueron Jujuy (652%), Corrientes (554%), San Luis (444%), Chaco (259%) y Formosa (111%). Los jóvenes y adultos representan el 12% de la matrícula de la escuela secundaria a nivel nacional; esta proporción se ha mantenido constante en los últimos 20 años. Se ubican por encima del promedio nacional las provincias de Santa Cruz (21%), Neuquén (19%), Tierra del Fuego (17%), Mendoza (16%) y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (15%).
¿Cuál es la situación en Posadas?
Continuando con el análisis sobre los cambios que percibe en relación a estos últimos años, Bravo aseguró que se redujo la cantidad de horas de clase debido a que antes las misma terminaban a la medianoche en muchos casos.
«La población nocturna es diferente. Tenemos más jóvenes y la mayoría está desocupada. Hay un deterioro en cuanto a la situación social de nuestros alumnos, creo que hay mucha desintegración social y familiar. En mis comienzos esto no lo notaba, había madres e hijos que iban a estudiar juntos, esposos. Hoy hay muy poca visión sobre qué quieren para su futuro, muchas madres solteras”, lamentó.
“Me parece que es algo bueno la baja de la cantidad de personas muy adultas que asisten a la escuela nocturna. Creo que eso indica que estamos haciendo el trabajo que tenemos que hacer. Pero el hecho de que haya bajado la edad promedio en la escuela nocturna tiene que ver con la deserción que se da en la secundaria diurna, muchos chicos que dejan, incluso se incrementó por la pandemia, pero principalmente por la desintegración social y familiar”, observó.
“Los contenidos de la clase cuestan ser entendidos 10 veces más que antes. Me tocaron casos curiosos de tener que parar la clase de historia y preguntarles si saben dónde queda Roma o Italia, y ninguno contestó porque desconocen. Noto que hay excesiva información y esto provoca desorientación, no saben dónde buscar,” subrayó.
“Evidentemente hay un problema de fondo que a muchos les debe ocurrir, debe estar pasando en otros lugares,” reflexionó Bravo.
“Básicamente lo que más falta es una contención, no pueden proyectarse a futuro. Muchos alumnos que son los que desertan, tienen problemas familiares y laborales y por ello terminan abandonando. Duele escuchar sus realidades y no poder hacer lo suficiente. Hacen falta trabajadores sociales en las escuelas nocturnas”, denunció. «El docente no está del todo preparado para los problemas de estructura social que tienen los estudiantes».
«Las dificultades en la comprensión de texto es una realidad. Ahora brindamos textos más acotados, más simples. El docente tiene que readaptar y volver a simplificar los contenidos”, lamentó Bravo.
“Nosotros tenemos una matrícula alta al inicio del año, la realidad de estos años nos revela que de a poco van desertando. Yo intuyo que es en parte por los planes sociales en que se anotan para cobrar, pero no hay un control”, afirmó.
“Creería que faltan políticas de estado. Que los preceptores se sientan acompañados con otros profesionales, para ver qué pasa con esos estudiantes que no van. Está muy roto el tejido social en algunas partes de la ciudad. Puede haber progresos económicos en otros lados, la costanera, los bares. Pero hay una realidad muy agravada por la desintegración que existe,” denunció Bravo.