SpaceX sufrió un nuevo revés en el programa Starship tras el tercer vuelo de prueba consecutivo que terminó en fracaso. Durante la noche del martes, el cohete Starship y sus dos propulsores superpesados se destruyeron en una prueba realizada desde la base Starbase, cerca de Boca Chica, Texas.
El cohete, que mide 122 metros de altura, despegó a las 19:37 hora local. La misión buscaba reutilizar uno de los propulsores superpesados por primera vez, pero la prueba terminó con la pérdida total de ambos propulsores y del módulo superior. Dan Huot, vocero de SpaceX, informó en la transmisión en vivo que “hemos perdido el control sobre la orientación” y que la nave presentó “una fuga en algunos de los sistemas de tanques de combustible dentro de Starship”.
La fase inicial del cohete, impulsada por 33 motores de metano, falló al intentar reencenderse para aterrizar en el golfo de México. SpaceX había diseñado esta maniobra para que el propulsor siguiera una trayectoria descendente con mayor estrés, como parte del test experimental.
Liftoff of Starship! pic.twitter.com/aXAwLkRbuK
— SpaceX (@SpaceX) May 27, 2025
El módulo superior funcionó correctamente al principio, pero una compuerta de carga no se abrió completamente, impidiendo la liberación de ocho prototipos de satélites Starlink destinados a evaluar las capacidades de despliegue de la carga.
Leé también: Tornado causó destrozos en Chile: cientas de casas dañadas y miles sin luz
La pérdida de control de la orientación, causada por las fugas de combustible, impidió que la nave se reposicionara para un reingreso atmosférico adecuado. Los controladores decidieron poner el vehículo en “modo pasivo”, descargando el combustible restante para garantizar un reingreso incontrolado sobre el océano Índico.
Este noveno vuelo de prueba mantiene la tendencia de fallos en el diseño Block 2 de Starship. Estos problemas complican el programa Artemis de la NASA, que planea usar una versión modificada de Starship para llevar astronautas a la Luna en 2027.