Este 23 de julio, el mundo del rock celebra los 60 años de Slash, el legendario guitarrista de Guns N’ Roses que redefinió el sonido de una generación con su estilo único, sus inolvidables solos y una presencia escénica que sigue fascinando a millones. Nacido como Saul Hudson en 1965, Slash se convirtió en ícono global gracias a su inseparable guitarra Les Paul, sus rulos rebeldes y su inconfundible sombrero de copa.
Su historia con Guns N’ Roses comenzó en 1985, cuando se unió a Axl Rose, Duff McKagan, Izzy Stradlin y Steven Adler para formar una de las bandas más influyentes y explosivas del hard rock. Desde entonces, sus riffs en canciones como “Sweet Child O’ Mine”, “Paradise City” y “November Rain” no solo marcaron época, sino que se volvieron himnos para generaciones enteras.

A lo largo de su carrera, Slash no solo demostró una destreza inigualable con la guitarra, sino también una capacidad creativa que lo mantuvo en constante evolución. Tras su salida de Guns N’ Roses en 1996, lideró proyectos como Slash’s Snakepit y Velvet Revolver, donde continuó explorando nuevos sonidos sin abandonar su esencia rockera.
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Su regreso a la formación original de Guns N’ Roses en 2016 fue un momento histórico para los fanáticos. Desde entonces, se mantiene activo sobre los escenarios y con planes de lanzar un nuevo álbum junto a la banda, lo que demuestra que, a los 60 años, su energía y pasión por la música siguen tan intactas como en sus primeros días.
Slash es mucho más que un guitarrista virtuoso: es una leyenda viva que ha influido a generaciones de músicos y que logró trascender los límites del rock para instalarse en la cultura popular global. Su legado no se mide solo en discos vendidos o en giras multitudinarias, sino en la inspiración que dejó —y sigue dejando— en cada joven que sueña con hacer vibrar al mundo desde una guitarra.

Hoy, mientras celebra seis décadas de vida, el rock rinde tributo a uno de sus más grandes exponentes. Porque como bien ha demostrado Slash a lo largo de su carrera: la música no tiene final, solo evolución y poder de transformación.
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