El blue, el MEP y el CCL experimentaron subas por encima de la pauta mensual de devaluación del Banco Central en los últimos días. Qué factores internos y externos influyen en las cotizaciones alternativas de la divisa norteamericana. La mirada de los analistas.
Tras largas semanas de estabilidad y calma, los dólares financieros despertaron de la «siesta» cambiaria, registraron aumentos diarios de hasta 2% y encienden una luz amarilla en el tablero de los economistas, pese a que todavía la brecha se mantiene por debajo del 25% cuando supo alcanzar niveles superiores al 100% en 2023.
A lo largo de los primeros cuatro meses de gobierno, el equipo económico preparó el terreno para que el Banco Central de la República Argentina (BCRA) acumule reservas internacionales y, en simultáneo, sanee su balance. Mediante una fuerte reducción de las tasas de interés que licuó activos en pesos, el sostenimiento del cepo y la posibilidad de que los exportadores liquiden el 20% al contado con liquidación (CCL), el Palacio de Hacienda logró mantener la moneda estadounidense planchada.
Lo cierto es que en los últimos días el blue avanzó $20 y cerró en $1.035, lo que implica un salto de 2% en el día. Se trata de la tercera suba consecutiva desde los $1.000 de la semana pasada. De esta manera, la diferencia con la cotización oficial alcanzó el 19,2%.
Al mismo tiempo, el MEP ajustó 1% a $1.031 y anota un incremento de $37 en cinco jornadas o 3,7%, con una brecha de 18,8%. En cuanto al CCL, pasó de $1.047 a $1.075, un ascenso de 2,67% desde el viernes pasado. El spread con el tipo de cambio oficial se ubica en 23,9%.
¿El dólar se despertó de la siesta?
El analista financiero Christian Buteler planteó que «hace rato que las condiciones están para que el dólar tenga una suba». A su juicio, el estancamiento de los tipos de cambio frente a una inflación de dos dígitos «no era viable» en el tiempo.
En tal sentido, el especialista en finanzas consideró que el recorte de 10 puntos porcentuales de la tasa de interés que efectuó el Banco Central pudo actuar como un factor que explica parte del crecimiento de la moneda extranjera.
Ante la licuación de los pasivos remunerados y los plazos fijos por una tasa nominal anual de 70% frente a una dinámica de precios que galopa a 287,9%, los inversores no verían con malos ojos dolarizar las carteras. La falta de instrumentos redituables en pesos, la inestabilidad bursatil y la apreciación de la divisa estadounidense a nivel mundial presionan en la dirección dolarizadora.
«Podría llegar a ser esta última baja de tasas el driver que mueva el dólar. Pero es muy pronto para decir si estamos ante un proceso de cambio de tendencia. De todos modos, no es consistente mantener el dólar estable con estos niveles de inflación y la baja de tasas que ya es bastante agresiva para la realidad que estamos viviendo», sostuvo Buteler.
Por su parte, el director del Instituto de Trabajo y Economía (ITE), Juan Manuel Telechea, remarcó que el movimiento cambiario se vincula, principalmente, a la coyuntura internacional. «Fundamentalmente, lo que está pasando en Estados Unidos, donde el dólar se apreció de manera importante. Eso presiona a todas las monedas del resto del mundo. La gran mayoría se depreció, como la de Brasil que le mete presión a la Argentina», evaluó.
El economista destacó que existen «dudas respecto de la sostenibilidad de la política cambiaria que está implementando el BCRA» con un crawling peg -microdevaluación controlada- de 2% en un contexto de alta inflación. Esta dinámica «podría llevar a que se despierte el dólar paralelo y que en los próximos días veamos una suba sostenida del tipo de cambio financiero»
parte el economista jefe de Libertad y Progreso, Eugenio Marí, al argumentar que la leve depreciación del peso de las últimas ruedas «está en línea con lo que le pasó a todas las monedas latinoamericanas», asociado al proceso que atraviesa Estados Unidos.
«Los datos de inflación estadounidense fueron peores a los que esperaba el mercado y se está solidificando la expectativa de que la Reserva Federal no bajará rápidamente la tasa. Esto significa que el dólar se fortalecerá en relación a las monedas emergentes», razonó.
En relación con el panorama vernáculo, Marí señaló que mientras los exportadores liquidan el 20% de sus divisas al CCL, los importadores también recurren al mercado financiero para hacerse de dólares frente a las limitaciones de acceso el Mercado Libre de Cambios (MLC).
«Es probable que en las últimas semanas este flujo se haya incrementado y eso haya impulsado la cotización. No obstante, no hay que perder de vista que incluso con las últimas subas, la brecha con el oficial se ubica en torno al 20% o menos, según qué tipo de cambio paralelo se observe. Lo cual nos marca que la demanda de dinero se mantiene estable. Esto es importante para sostener el proceso de desinflación y estabilización de la economía», sumó.
(Fuente: Perfil)