Roberto Lima, jefe de Inmunizaciones del Ministerio de Salud de Misiones, dialogó con Radio Up 95.5 y compartió una visión detallada sobre el estado actual de la vacunación en la provincia.
En este sentido, Lima arrojó luz sobre la preocupante disminución de la cobertura de vacunación desde 2019, un fenómeno que no está relacionado con la disponibilidad de vacunas, sino con la reticencia de la población a vacunarse.
«La gente comenzó a desconfiar del calendario de vacunación en Argentina», comentó Lima, subrayando que esta desconfianza se vio exacerbada por la pandemia de COVID-19 y la proliferación de desinformación sobre las vacunas.
Según explicó, “a nivel global, UNICEF proporciona un panel de estimación de cobertura de inmunización que muestra una disminución significativa en la cobertura de vacunas en Argentina desde 2018, con una caída drástica a partir de 2020”.
Además, Lima indicó que, en Misiones, la situación es similar a la del resto del país. “Las coberturas están en un marcado descenso con respecto a la cantidad de gente que asiste a vacunarse”, afirmó Lima.
Sin embargo, hizo hincapié en que “esta disminución no se debe a una falta de vacunas, sino a dos factores principales: la nominalización de las vacunas y el impacto de la pandemia en la percepción pública”.
“Cada vacuna aplicada en Argentina ahora tiene un nombre y apellido”, explicó, lo que ha añadido complejidad al proceso de registro y ha incrementado la carga de trabajo para el personal de salud.
Lima también destacó que la desconfianza generada por la desinformación durante la pandemia ha afectado la disposición de las personas a vacunarse.
“La reticencia por parte de los padres y las dudas sobre qué se está poniendo a sus hijos han influido en la cobertura de vacunas”, dijo.
Vacunas históricamente importantes, como la doble viral contra el sarampión y la rubéola, han visto reducciones en sus tasas de aplicación debido a esta desconfianza.
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Por otro lado, Lima indicó que uno de los desafíos más significativos que enfrenta el programa de vacunación es la resistencia de la población adolescente.
“La población joven adolescente es la que más cuesta llegar con la vacunación”, afirmó Lima. Quien remarcó que “esta resistencia se debe tanto a la falta de decisión de los padres como a la propia resistencia de los adolescentes a vacunarse”.
“Estamos trabajando en la sensibilización sobre la importancia de la vacunación en la prevención de enfermedades”, añadió.
En tanto, y para enfrentar estos desafíos, Lima enfatizó la necesidad de una comunicación efectiva y precisa. Además, destacó la importancia de mostrar evidencia visual y científica para concienciar sobre las consecuencias de no vacunarse.
“Mostramos imágenes del efecto que puede tener a largo plazo y la verdad es que se concientiza de otra manera”, explicó.
En relación con las preocupaciones específicas sobre ciertas vacunas, Lima mencionó que algunas, como la BCG o la vacuna contra el sarampión, han visto una caída significativa en su cobertura.
“La BCG alcanzaba el 99% de la población en sus mejores momentos, pero hoy es del 69% de cobertura”, señaló.
Para Lima, esta disminución es preocupante porque implica un riesgo para la salud pública. “Un niño no vacunado implica un riesgo para todo el resto de la escuela”, advirtió, subrayando la responsabilidad del Estado en garantizar la vacunación.
Finalmente, Lima hizo un llamado a la acción y a la responsabilidad tanto de los padres como del Estado.
“Es una responsabilidad que tiene el padre y también es una responsabilidad del Estado en proveer y tener vacuna en disponibilidad”, concluyó.