En su última columna en el programa “El País de La Libertad” de Radio Up 95.5, el psicólogo Nicolás Mussi (MP 1070) abordó la relación bidireccional entre el estrés y el sueño, destacando cómo ambas condiciones pueden influirse mutuamente de manera significativa. “A veces solo necesitamos una pausa en el día”, aconseja el especialista Mussi para evitar el estrés nocturno
“El estrés y el sueño están relacionados y son mutuamente influyentes. Cuando hay uno, el otro corre; cuando hay sueño, justamente puede ser por insomnio”, explicó Mussi, señalando que el ciclo vicioso de falta de sueño y estrés se retroalimenta, afectando la calidad de vida de todos los que los padecen.
El estrés, definido por Mussi como “la incapacidad para afrontar algo” y una respuesta física y mental del cuerpo ante situaciones difíciles, puede manifestarse en síntomas variados como sudoración de las manos, taquicardias transitorias, parpadeo involuntario del ojo e incluso caída del cabello.
“Lo que he escuchado últimamente es que uno de los síntomas más comunes del estrés es cuando el ojo parpadea solo”, dijo el especialista, un fenómeno que muchos pueden experimentar in situ.
El sueño, por su parte, cumple un papel fundamental en la regulación del estrés. Según Mussi, cuando este es de mala calidad, las conexiones cerebrales se ven afectadas, impactando el desempeño y el estado de ánimo. “Fisiológicamente, funciona peor el cerebro cuando estás con sueño o bajo estrés”, aseguraron, estimaciones en estudios recientes que vinculan la privación del sueño con la disminución de la conexión entre hemisferios cerebrales.
A la hora de abordar el estrés nocturno, el especialista recomendó evitar la exposición prolongada a pantallas de luz azul antes de dormir, ya que “la luz azul hiperestimula el cerebro y dificulta la relajación, por eso hay mucha gente que le baja la luz al celular o a las pantallas, pero siempre sigue conectada”, sugiriendo el uso de luces cálidas en el hogar para fomentar un ambiente propicio para el descanso. Además, indicó que mantener una rutina de relajación y pausas durante el día puede ayudar a evitar que las preocupaciones surjan solo en la noche, cuando el cuerpo está en reposo: “Estamos tan hiperconectados todo el día que cuando nos acostamos a dormir empiezan a aparecer los problemas”, afirmó.
En cuanto a técnicas específicas para conciliar el sueño, Mussi señaló que pequeñas prácticas de relajación y respiración pueden marcar una diferencia. Entre las opciones recomendadas están las infusiones de tés de hierbas naturales, o la realización de ejercicios de respiración como el “3-3-3”, que consisten en realizar respiraciones profundas en intervalos de tres segundos.
“A veces, solo necesitamos una pausa en el medio del día, un espacio para que la mente se calme y no nos abrumen los pensamientos justo cuando intentamos dormir”, concluyó Mussi, recordando la importancia de manejar el estrés de manera activa para preservar la salud mental y bienestar general.
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