En noviembre se conmemora el Mes de Concientización del Cáncer de Próstata y es una buena oportunidad para promover la conversación sobre la importancia de detectar tempranamente esta enfermedad que es un tumor que no da síntomas hasta que está avanzado y que, si es detectado a tiempo, ofrece muchas mejores chances de curación.
Se recomienda la visita al especialista en urología anualmente a partir de los 50 años, e incluso desde los 45 en aquellos con antecedentes de familiares que tuvieron esta enfermedad.
“Generalmente se habla de síntomas, como modificaciones en la frecuencia para orinar, o en el volumen de las micciones, entre otros, y la mayoría de las consultas traen consigo algunas de estas situaciones. Pero son síntomas que pueden o no estar relacionados con un cáncer de próstata, y si lo están, es muy probable que sea en estadios avanzados y que las chances de curación se hayan reducido considerablemente. El paciente ideal es el que llega sin síntomas, para un control anual a partir de los 50 años”, afirmó el Dr. Norberto Bernardo, médico urólogo, director médico del Centro Argentino de Urología (CAU).
“No hay una sola presentación del cáncer de próstata, son muchas diferentes que incluso varían en velocidad de crecimiento y en agresividad. Años atrás las opciones de tratamiento para el cáncer de próstata eran menos que las actuales y se reducían a la cirugía y la radioterapia convencionales. Hoy esto no es así, existen opciones de tratamiento para cada paciente. Sin embargo, en todos los casos, la detección temprana es la que nos da las mayores herramientas de tratamiento y con mejor pronóstico”, agregó el Dr. Bernardo, que también es director del Departamento de Urología de la Universidad de Buenos Aires y Jefe de los servicios de Urología del Hospital de Clínicas y de la Clínica San Camilo.
“Así como las mujeres entendieron desde hace muchos años que para detectar precozmente el cáncer de cuello uterino era imperioso hacerse un Papanicolau, es importante que los varones asuman que todos los de más de 50 no deben esperar a tener síntomas y deben concurrir a una visita anual al médico urólogo, porque si hay un cáncer de próstata, que en los primeros estadios no presenta síntomas, estamos a tiempo de curarlo”, explicó el Dr. Maximiliano López Silva, médico urólogo del CAU, quien también integra el Servicio de Urología del Hospital de Clínicas, entre otras instituciones.
“Para la sospecha del cáncer de próstata contamos con el examen clínico, fundamentalmente mediante el tacto rectal, y el estudio de sangre (PSA); sabemos que el tacto rectal puede representar una leve incomodidad para el paciente, pero no es doloroso y su duración ronda los 5 segundos, no más que eso. Así como la medicina sin examen físico sería medicina sin médicos, el tacto rectal es, en nuestro caso, el examen físico de la próstata”, graficó el Dr. López Silva.
La confirmación del diagnóstico del cáncer de próstata se obtiene mediante una biopsia de la glándula. Este procedimiento hoy en día ha avanzado mucho en su tecnología: en el Centro Argentino de Urología (CAU) cuentan con un equipo de microecografías, que apalancado por un software con herramientas en base a imágenes de alta calidad, permite obtener la muestra de tejido con precisión en el sitio exacto que se desea pesquisar.
Una vez detectada la enfermedad, el abordaje incluye tres herramientas independientes pero que -en parte- en algunos casos pueden ser complementarias: la cirugía, la radioterapia y la terapia focal de los tumores. Esta última es un método de intento curativo que ataca exclusivamente la zona donde está el tumor, con el objetivo de lograr la curación sin dañar el resto del tejido. Si bien no es para todos los casos ni para cualquier paciente, permite repetirse si fuese necesario y es menos invasiva.
En cuanto a los factores de riesgo predisponentes para desarrollar cáncer de próstata, los especialistas del CAU coinciden en que mayoritariamente son los antecedentes familiares de esta enfermedad. Otras conductas como alimentación sana, deporte, mantener un peso saludable, son todos comportamientos que ayudan a la prevención de un sinnúmero de condiciones, pero la bibliografía no detecta una relación directa con ninguna de ellas como elemento de prevención del cáncer de próstata.
Según las estimaciones realizadas por el Observatorio Global del Cáncer (Globocan), de la Agencia Internacional de Investigación sobre Cáncer (IARC, por sus siglas en inglés), a partir de los datos producidos por registros de cáncer de base poblacional de nuestro país, en Argentina el cáncer de próstata ocupa el primer lugar en incidencia en varones, con 11.686 nuevos casos por año (base 2020), seguido del cáncer de colon y recto (8.493) y del de pulmón (7.738).
Mientras que en cuanto a los niveles de mortalidad, según el reporte de Estadísticas Vitales del Ministerio de Salud del año 2022 (DEIS), fallecieron en nuestro país 3.448 hombres por cáncer de próstata durante ese año, lo que lo ubica en el tercer tipo de tumor en letalidad en varones, luego del cáncer de colon (3.960 decesos) y de pulmón (5.212).
“En resumen, estamos frente al cáncer más prevalente y uno de los de mayor mortalidad en varones y sabemos que no hay que esperar a los síntomas para acudir a la consulta porque generalmente ya va a ser tarde. Lo positivo, es que si todos los hombres mayores de 50 años hicieran la visita anual con su urólogo de confianza, en la gran mayoría de los casos podríamos cambiar el curso de la enfermedad”, concluyó el Dr. Bernardo.
(Fuente: Noticias Argentinas)