En los últimos años, la podología ganó cada vez más popularidad en Posadas. En este sentido, Fernanda Farinola, podóloga con más de 12 años de experiencia, compartió su visión sobre la expansión de esta disciplina en una entrevista con Radio Up 95.5.
En esta línea, la profesional destacó el crecimiento de la demanda de sus servicios y el interés creciente por la salud de los pies. Tras mudarse a Posadas para estudiar estética, una profesora de su carrera le abrió las puertas del mundo de la podología. “Me fue enseñando y me fue gustando más la podología que la estética”, relató Farinola, quien comenzó a trabajar en el área en 2012, especializándose en la salud de los pies y no tanto en la parte estética, aunque ambas áreas pueden complementarse.
La podología, un campo muchas veces desconocido, juega un papel crucial en la prevención y tratamiento de problemas en los pies, desde hongos hasta uñas encarnadas. Según Parinola, “la podología se trabaja mucho con pacientes diabéticos, sobre todo porque hay que tener mucho cuidado con los pies de los diabéticos”. Esto se debe a que las personas con diabetes tienen una cicatrización más lenta, lo que aumenta el riesgo de infecciones.
Un aspecto interesante que destacó la profesional es la creciente participación de los hombres en sus consultas. Duranrte la pandemia, la pandemia, Farinola experimentó un aumento notable en la cantidad de pacientes masculinos. “Empecé a tener muchos pacientes hombres. En la pandemia, aunque el trabajo fue reducido, no estuve más de tres semanas sin trabajar”, comentó. Este fenómeno refleja un cambio en la percepción de la podología, que ya no es solo un servicio para mujeres.
El cuidado de los pies no se limita solo a cuestiones estéticas, sino a la salud general del paciente. “Trabajo mucho con pacientes diabéticos, que vienen cada 15 días o mensualmente para el control de sus pies. A veces el tratamiento puede ser largo, como en el caso de las uñas encarnadas, que requieren varias sesiones”, explicó.
Los tratamientos más comunes incluyen la atención a problemas como las uñas encarnadas, los talones agrietados y la onicomicosis (hongos en las uñas). Según Farinola, el costo de una consulta básica ronda los 20.000 pesos, mientras que los tratamientos más complejos, como los de hongos o uñas encarnadas graves, pueden superar los 30.000 pesos, dependiendo del grado de la afección.
El verano, época de mayor exposición al agua y la humedad, también aumenta la incidencia de ciertos problemas podológicos. “La humedad y el tipo de clima de nuestra región hacen que los hongos sean comunes durante todo el año. En verano, el uso de piscinas o la práctica de deportes como el fútbol o la natación aumenta el riesgo de infecciones si no se tiene un adecuado cuidado de los pies”, explicó la podóloga.
A pesar de las dificultades y los cambios en los hábitos de trabajo durante la pandemia, la podología sigue siendo una disciplina en constante crecimiento. Farinola, que trabaja a tiempo completo y solo los sábados se toma un descanso, destacó la importancia de la atención continua a los pacientes: “es importante hacer seguimientos periódicos, especialmente en casos de pacientes con diabetes o problemas graves en los pies”, finalizó.
Te dejamos la entrevista completa: