El dengue sigue siendo una amenaza de salud pública, y las investigaciones en torno a su control y prevención avanzan con nuevos enfoques. El Dr. Diego Ojeda, microbiólogo, investigador del CONICET y parte del equipo del Instituto Leloir, dialogó con “El País de la Libertad” de Radio Up 95.5 y compartió detalles sobre una nueva tecnología que se busca implementar tanto en Misiones como en el mencionado instituto, con el fin de monitorear los mosquitos y los virus que transmiten.
“Estamos trabajando en una nueva tecnología para hacer vigilancia de arbovirus y flavivirus, que son transmitidos por mosquitos, uno de ellos es el dengue”, explicó Ojeda. La idea es instalar esta metodología en Misiones, con el objetivo de monitorear no solo el dengue, sino también otros virus que circulan en los mosquitos vectores.
Uno de los puntos clave mencionados por Ojeda es la transmisión vertical del virus en los mosquitos, es decir, la capacidad de las hembras infectadas de transmitir el virus a sus crías a través de los huevos. “La única forma de que el virus se mantenga es a través de que las madres transmitan a sus huevos, y luego las larvas que crezcan estén infectadas”, señaló. Este proceso explica por qué el virus del dengue puede mantenerse durante todo el año, lo que permite que se produzcan brotes masivos.
En cuanto a los insecticidas utilizados para el control de mosquitos, Ojeda expresó cierta cautela. Si bien estos productos pueden eliminar a los mosquitos adultos, no tienen el mismo efecto sobre las larvas, que son un reservorio clave del virus.
“Yo utilizo un insecticida y me va a matar a los mosquitos que están volando, pero no mata a las larvas. No tiene mucho sentido la utilización de insecticidas”, afirmó. Por ello, el científico insiste en que la mejor medida de control sigue siendo la descacharrización, evitando la acumulación de agua en los hogares, donde las larvas de mosquitos pueden desarrollarse.
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Respecto al desarrollo de vacunas, Ojeda subrayó que el dengue representa un desafío superior a otras enfermedades transmitidas por el Aedes aegypti, como el Zika o el chikungunya. “El desafío es que la vacuna contra el dengue debe combatir cuatro serotipos de virus diferentes”, explicó. Actualmente, hay tres vacunas en desarrollo, dos de ellas ya aprobadas, pero todas tienen la misma limitación: deben lograr que los cuatro serotipos generen una respuesta inmunitaria equilibrada.
Por otro lado, Ojeda enfatizó que, aunque el desarrollo de vacunas contra el dengue avanza, cada virus requiere su propia vacuna. “Cada uno de estos virus, como el Zika y el chikungunya, tiene que tener su propia vacuna”, aclaró. Mientras que las vacunas contra el dengue se enfrentan al reto de los múltiples serotipos, las de Zika y chikungunya, aunque en fases más tempranas de desarrollo, presentan un desafío menor ya que solo tienen un serotipo.
Finalmente, Ojeda subrayó la importancia de continuar investigando y desarrollando tecnologías que permitan un mejor control de los mosquitos y los virus que transmiten, mientras se espera que en el futuro cercano se logren avances significativos en la lucha contra el dengue y otras enfermedades transmitidas por vectores.