Pablo Castillo, presidente del Consejo Veterinario de Misiones, abordó la importancia de las condiciones de salubridad en la producción y conservación de alimentos para prevenir el botulismo, una enfermedad grave causada por la bacteria Clostridium botulinum.
“La bacteria puede presentarse desde el momento de la recolección de frutas y verduras, pero también es riesgoso al momento del envasado de productos”, explicó Castillo, en diálogo con “La Mañana Informativa” de Radio Up 95.5.
Castillo señaló que los alimentos más comúnmente asociados al botulismo son las conservas, escabeches y embutidos, pero también advirtió sobre los riesgos en productos vegetales como las berenjenas.
“Desde el momento en que contamos con la materia prima, ya sea vegetal o cárnica, puede haber contaminación. Esto puede ocurrir durante la manipulación, el procesamiento e incluso en el momento del envasado. Es clave que los recipientes estén bien higienizados y que los productos estén completamente cubiertos de líquido, como salmuera o líquidos ácidos”, afirmó.
Sobre las precauciones a tomar, detalló: “Si el alimento está envasado, es importante evitar que quede demasiado espacio o aire en el recipiente, porque eso facilita el desarrollo de la bacteria. Además, la pasteurización posterior asegura que, si la bacteria está presente, la eliminemos”.
En relación a la seguridad de los alimentos envasados, Castillo recomendó observar señales visibles de alerta: “Si un frasco tiene líquido turbio, tapas infladas o, en el caso de latas, están abombadas, eso indica multiplicación de bacterias. Ese alimento no debe ser consumido porque no es seguro”.
Además, subrayó que la cocción no elimina los riesgos: “La toxina botulínica no se desnaturaliza con el calor. Por eso, la cocción no asegura que el alimento sea seguro”.
“En 15 años duplicamos la matrícula de veterinarios en Misiones”
Castillo también realizó un balance del sector veterinario al cierre de 2024, destacando el crecimiento sostenido de la profesión en la provincia. “En los últimos 15 años hemos duplicado la matrícula. Hoy somos aproximadamente 500 veterinarios trabajando en distintas áreas, desde la producción y la bromatología hasta la clínica de mascotas”, comentó.
El Consejo Veterinario, que celebró 50 años de su fundación, también aprovechó para mejorar su infraestructura. “Inauguramos una nueva sala de reuniones y renovamos la sede, reflejando la importancia creciente de la profesión y su impacto en la sociedad”, señaló.
Sobre la provisión de vacunas, Castillo explicó que en el sector privado no hubo faltantes. “Tampoco los precios se incrementaron significativamente; los insumos subieron entre un 8% y un 10%. Sin embargo, en el sector público hubo complicaciones para adquirir vacunas contra la rabia en algunos municipios, aunque fueron transitorias”, indicó.
A su vez, el especialista también mencionó que la economía influye directamente en el cuidado de las mascotas: “Sabemos que, en tiempos de crisis, las familias muchas veces priorizan otros gastos y eso se refleja en la menor cantidad de vacunas aplicadas, tanto contra la rabia como en las enfermedades virales comunes, como moquillo y parvovirosis”.
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Recomendaciones para el verano: alimentos y mascotas
Por otra parte, Castillo ofreció consejos para evitar intoxicaciones alimentarias en verano, cuando las altas temperaturas incrementan los riesgos. “Siempre tratemos de mantener los alimentos refrigerados y evitar dejarlos expuestos al sol. La intoxicación alimentaria más frecuente en esta época se debe a las toxinas del estafilococo, que pueden desarrollarse si un alimento queda mucho tiempo fuera de la heladera”, advirtió.
También habló sobre el cuidado de las mascotas en la temporada estival: “Es fundamental que tengan un lugar fresco, sombra y agua limpia y fresca a disposición todo el tiempo. Si los vemos muy jadeantes, podemos mojarlos con agua fría. Y, por supuesto, nunca debemos dejarlos en vehículos cerrados y expuestos al sol”.
Finalmente, Castillo recordó la importancia de controlar parásitos comunes en esta época, como garrapatas, pulgas y mosquitos transmisores de enfermedades como la leishmaniasis. “El bienestar de las mascotas también repercute en la salud de las familias y la comunidad en general”, concluyó.
