Desde el viernes 13 de octubre, se analizan las cámaras de seguridad del Parque Temático y los investigadores buscan identificar un auto de color blanco, en que se habría trasladado el ícono bizantino sustraído del interior de la Capilla Exaltación de la Cruz.
Trascendió el robo del ícono bizantino “La madre y el niño”, donado por el Vaticano en 2009 y que se encontraba en exhibición en la capilla de La Exaltación de la Cruz de Santa Ana, dentro del predio que está bajo exclusiva responsabilidad de la Subsecretaría de Parques Temático, a cargo de Vanina Vera en el Ministerio de Turismo de la provincia.
Horas después de haberse conocido el robo de la reliquia, hubo dos allanamientos en Santa Ana y se detuvo a una persona a pesar de que el cuadro no fue hallado.
El ícono bizantino de la Virgen y el Niño o Theotokos (La que dio a luz a Dios), data del siglo XV, es de origen libanés y fue donado por el Vaticano a la provincia en gesto de avenencia por la construcción del Parque Temático.
Tras los allanamientos realizados el fin de semana, se procedió a la detención de una persona que pertenecería al sector de cocina del complejo turístico-religioso, que quedó detenido por orden del juez de Instrucción 2 de Posadas, Juan Manuel Monte. Mientras se espera su declaración, prosiguen las investigaciones para restituir la valiosísima pieza.
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La Madre y el Niño
Se trata de una reliquia del siglo XV que, enmarcada por una destacada arquitectura ideada para mirar hacia la cruz, con materiales nobles y líneas simples, la capilla alberga un retazo de historia invaluable.
El ícono bizantino de la Virgen y el Niño o Theotokos ‘la que dio a luz a Dios’, estaba detrás de un cristal en un lugar especial dentro de la capilla. La reliquia data del siglo XV, es de origen libanés y fue donada por el Vaticano a la provincia de Misiones en gesto de reconocimiento por la construcción del Parque Temático. Llegó en 2009, como parte de la gestión del Cardenal Leonardo Sandri que conectó al entonces Papa Benedicto XVI con autoridades misioneras.
La obra es mucho más que una pintura, casi como la divinidad, en parte, materializada y el pintor es mucho más que un pintor, es quien tiene una conexión directa con el Dios, como si fuera un canal que transmite lo sagrado, sostienen las fuentes religiosas en la valoración de la obra.
Entienden que quienes creaban las obras no eran artistas deseosos de dejar su marca e n el mundo, sino monjes o personas avocadas a la devoción cristiana. Inclusive hoy, el trabajo de los íconos.
A pesar de las reiteradas guerras que llevaron adelante los iconoclastas (anti-icónicos) en distintos puntos de la historia, la imagen sin dudas prevaleció. En ese marco, comprendiendo que había que marcar las diferencias entre lo terrenal y celestial, se fueron sumando algunos cánones de representación en la creación de estas piezas, que se repiten a través de los siglos.
La utilización de colores no es al azar, ni tampoco donde se posicionan las manos de Cristo, por ejemplo, o qué hay en ellas. Además, la representación de la Virgen es casi siempre con El Niño. Un marco metálico, de oro o plata e incrustaciones de piedras preciosas (que aún sin pulir eran consideradas preciosas), son otra de las características que reúnen los íconos bizantinos, muy difundidos también en la Iglesia Ortodoxa.
(Fuente: El territorio)