A lo largo de este difícil 2024, el sector maderero de Posadas enfrentó retos importantes. A pesar de las dificultades económicas y una inflación creciente, el Sindicato Obrero de la Industria Maderera de Posadas, encabezado por Agustín Báez, logró mantener las fuentes de trabajo y brindar apoyo a los trabajadores.
En diálogo con “RX – Realidad Mixta” de Radio Up 95.5, Báez analizó cómo este año, aunque complejo, permitió al sindicato cumplir con sus objetivos.
“Este año fue un año bastante complejo, con una situación económica complicada, que nos hizo tener que adaptarnos a nuevas circunstancias. La inflación y la recesión golpearon muy fuerte, pero a pesar de todo, terminamos conformes porque pudimos mantener nuestros programas de beneficios”, afirmó Báez.
El impacto de la inflación y la recesión
Los primeros meses de 2024 estuvieron marcados por una inflación desbordante, lo que generó grandes desafíos tanto para las empresas como para los trabajadores. “La inflación de enero, febrero y marzo fue un shock bastante importante, algo que impactó muy fuerte en los salarios y en la capacidad de compra de los trabajadores”, comentó Báez.
A pesar de este contexto adverso, el sindicato trabajó intensamente para evitar consecuencias aún peores, como los despidos masivos. “Lo que logramos, y es importante destacarlo, es que no hubo grandes despidos en nuestra zona. Gracias a las negociaciones y el diálogo con los empresarios, pudimos evitar suspensiones por falta de trabajo y evitar despidos masivos”, señaló Báez, quien resalta la importancia del trabajo conjunto entre sindicatos y empresarios para sortear las dificultades.
Reducción de jornada y búsqueda de soluciones
Una de las medidas más importantes que el sindicato tuvo que negociar fue la reducción de jornada laboral. “Sabíamos que cuando empezamos a ver la situación en los establecimientos, sobre todo en los depósitos con el sobrestock de materia prima, la reducción de jornada sería una medida inevitable”, explicó Báez. Sin embargo, él ve esto como una opción preferible a los despidos. “Lo negociamos porque sabíamos que, aunque el ingreso se redujera, los trabajadores conservarían su empleo. La reducción de jornada fue un mal menor ante la posibilidad de despidos”, agrega.
A pesar de la reducción en las horas laborales, Báez subrayó que la mayoría de los trabajadores pudieron seguir contando con su fuente de empleo. “Las jornadas se redujeron en media hora a una hora, lo que, aunque representó una pérdida salarial, permitió que los trabajadores mantuvieran sus puestos. Lo importante era sostener las fuentes de trabajo, sabíamos que conseguir otro empleo sería complicado”, indicó.
Perspectivas para el futuro y el optimismo de los empresarios
A pesar de los retos, Báez mantiene un tono optimista para el futuro. “Lo que nos dijeron los empresarios con los que hablamos es que no tienen planes de parar la producción. La idea es seguir trabajando, y aunque la situación no es la ideal, hay un optimismo por parte de ellos de que las cosas pueden mejorar”, comentó.
Sin embargo, Báez también se mostró cauteloso. “Sabemos que el país está pasando por una situación muy difícil, con una deuda muy grande, y eso va a llevar a que el próximo año sea similar al de este. Si bien la industria sigue funcionando, no estamos en una situación normal, ni estamos bien”, reconoció, aunque reafirmó el compromiso del sindicato: “Lo importante es que la actividad sigue en marcha. Mientras haya humo en las chimeneas, quiere decir que estamos trabajando”.
El sindicato no solo negoció para mantener los puestos de trabajo, sino que también buscó maneras de brindar apoyo directo a los trabajadores y sus familias. «Este año, hemos entregado útiles escolares para los hijos de nuestros afiliados. Sabemos que el costo de vida está muy alto, y cualquier ayuda en este sentido es un respiro para los trabajadores», señaló Báez.
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Además, impulsó actividades recreativas para sus miembros, como el viaje de turismo para las trabajadoras del sector, que en esta ocasión fue a las Cataratas del Iguazú. “Este tipo de actividades son muy importantes para fortalecer el espíritu de equipo, y además, ayudan a las trabajadoras a desconectarse un poco de la rutina diaria”, afirmó Báez.
El sindicato también llevó a cabo otras iniciativas para mejorar las condiciones de vida de los trabajadores. “Hace poco organizamos la Fiesta del Día del Trabajador Maderero, que tuvo más de 2,500 personas en nuestro camping en Candelaria. También organizamos actividades para los niños, como el Día del Niño y la Colonia de Vacaciones”, agregó Báez. Estas actividades, según él, son esenciales para generar un ambiente de solidaridad y camaradería dentro del sector maderero.
Consolidando el apoyo en tiempos difíciles
Uno de los pilares de la labor del sindicato fue garantizar que los trabajadores no solo cuenten con el respaldo laboral, sino también con el apoyo en situaciones de salud o emergencias. “Cuando algún trabajador tiene que trasladarse a Posadas por cuestiones de salud, les proporcionamos hospedaje en nuestro albergue o les ayudamos con los gastos de transporte”, explicó Báez.
A pesar de los obstáculos, Báez afirmó que el sindicato pudo cumplir con sus compromisos, algo que, según él, no estaba asegurado al principio del año. “Sabíamos que sería un año difícil, y por momentos pensamos que no íbamos a poder cumplir con todos nuestros programas de beneficios. Pero, por suerte, logramos concretarlos. Eso es algo que nos deja tranquilos”, concluyó.