El licenciado en Comercio Exterior y productor-exportador de té, Eduardo Goldfard, hizo un balance del 2024 para el sector, describiendo un panorama difícil marcado por la pérdida de competitividad, el atraso cambiario y la presión de los mercados internacionales. “Perdimos competitividad por la inflación en dólares, el té no solo mueve nuestras industrias, sino todo lo que ello implica”, sostuvo preocupado.
En diálogo con Antonio Villalba, en el programa “RX-Realidad Mixta” de Radio Up 95.5, el empresario tealero Goldfard expresó “Estamos llegando a los tumbos”. Lo hizo al analizar cómo cierra el año el sector tealero. “Se dieron este año una serie de características que realmente no son favorables para nosotros. Perdimos competitividad por el atraso cambiario, o dicho de otra manera, por la inflación en dólares”.
Además, el empresario explicó que, mientras la inflación en el país logró reducirse al 4% mensual, el tipo de cambio apenas subió un 2%, lo que significa “una pérdida de competitividad del 2% mensual”.
Goldfard destacó además el impacto de la superproducción de Kenia, uno de los principales productores de té a nivel mundial, que “taponó el mercado” y generó una baja de precios internacionales. “Esto, combinado con un dólar fortalecido a nivel global, nos complica aún más porque la mayoría de los países devalúan, y nosotros quedamos más caros para exportar”, agregó.
Sin embargo, también reconoció avances a nivel local que permitieron sostener la actividad. “La buena relación entre la industria y los productores, apoyada por el gobierno provincial, logró que iniciemos igual esta cosecha, pese a todas las dificultades”, afirmó.
Sobre las expectativas para el próximo año, señaló que medidas como la reducción de costos logísticos y portuarios son esenciales para mejorar la competitividad. “Un camión a Buenos Aires para llevar un contenedor cuesta alrededor de 2.200 dólares, mientras que un flete a Europa del Norte sale 1.500 dólares. Es decir, es más caro mover un contenedor dentro del país que enviarlo al exterior. El desarrollo del puerto de Posadas podría ayudarnos mucho a reducir estos costos”, explicó.
Al referirse al tipo de cambio necesario para mejorar la competitividad, Goldfard sostuvo que “para exportar, deberíamos estar hablando de un dólar de entre 1.200 y 1.300 pesos. Eso nos permitiría ser competitivos, siempre considerando los costos que enfrentamos”.
Finalmente, destacó la resiliencia del sector y la importancia de su impacto en las economías regionales. “Las economías regionales son las que realmente generan el famoso derrame de fondos. Nosotros no solo movemos nuestras industrias, sino que impactamos en el comercio y en toda la cadena económica. Por eso, en el sector, pese a las dificultades, mantenemos la mejor expectativa, con fe, actitud positiva y mucha energía para seguir adelante”, concluyó.