La salud reproductiva implica la posibilidad de tener una sexualidad satisfactoria y segura, así como la libertad de tener hijos si y cuando se desea. La ley 26.862 de reproducción asistida fue sancionada en 2013 en Argentina y establece el tratamiento gratuito.
El tratamiento de reproducción asistida implica la introducción de espermatozoides en el útero de una mujer para facilitar la fertilización. Este procedimiento, bastante común en los centros de fertilidad, ayuda a las parejas que enfrentan problemas para concebir un hijo.
La legislación vigente establece que toda persona mayor de edad, cualquiera sea su orientación sexual o estado civil, tenga obra social, prepaga o se atienda en el sistema público de salud, puede acceder de forma gratuita a las técnicas y procedimientos realizados con asistencia médica para lograr el embarazo.
Carolina Goetze, especialista en ginecología y obstetricia dialogó con “Primera Vuelta” de Radio Up y expresó que antes de iniciar un tratamiento de reproducción asistida se deben realizar diferentes estudios. “Los estudios son básicos para evaluar los distintos factores, como un cultivo de flujo, un análisis hormonal o general, una ecografía para ver tanto la reserva ovárica como para ver el momento de la ovulación”.
Al explicar cómo se realizan los procedimientos, la especialista en medicina reproductiva comentó: “Hay veces que se determina algún tipo de procedimiento en particular, la asistencia de procedimientos más o menos invasivos. Cuando la práctica es más invasiva se busca acortar el camino a los espermatozoides, en vez de que tengan que atravesar todo el útero, directamente se los depositan en el fondo uterino, y ahí ellos tienen que ir solitos con la trompa, buscar el óvulo, fecundarlos dentro del cuerpo y así depende de cada caso en específico”.
Goetze explicó que el dilema ético asociado a estas técnicas es que una vez realizado el procedimiento de creación de embriones, existen decisiones vinculadas al tiempo de implantación o al desecho de los mismos. “En Posadas se pueden realizar todos los procedimientos, hay centros especializados en conservación y demás; pero el inconveniente surge cuando las parejas deciden no implantarse el embrión por diferentes situaciones, o porque consideran que no es el momento acorde, o que no están listos para ser padres, lo que hace que los embriones deban ser guardados por tiempo indeterminado, generando a veces algunos conflictos. Hoy en día la legislación es muy ambigua y varias cosas no se encuentran claras, es decir hay que hacer las consultas con otros profesionales”.
Distintos tipos de tratamiento
Alejandra Ferreiro es bioquímica y también se especializa en embriología y en andrología, en diálogo con “Primera Vuelta” en Radio Up 95.5 explicó que “la medicina reproductiva tiene varios tipos de tratamiento y cualquiera de esos podemos llevar a cabo dentro del laboratorio. La bioquímica es importante para el diagnóstico. Evaluamos andrológicamente al sector masculino, sería la pareja, o en la parte hormonal a la mujer. Una vez que esto está resuelto pasamos al tratamiento y en el laboratorio de embriología podemos preparar las muestras para hacer una inseminación en consultorio o ya una reproducción in vitro”
La especialista destacó que para poder realizar los tratamientos es necesario preparar a la mujer. “Se hacen varias muestras en un mes o en dos períodos diferentes, en los que se estudian muchas cosas, todo lo que se realiza en la medicina reproductiva es de alta complejidad, ya sea dentro del cuerpo de la mujer o fuera en un laboratorio”.
“Nosotros hacemos un tratamiento interdisciplinario, o sea, trabajamos en un centro especializado, se maneja de manera integral, se acompaña de todos los aspectos a los pacientes, desde la parte psicológica, la parte médica, la parte andrológica que hago yo, la parte embriológica que se hace evaluando la fertilidad; también siempre les sugerimos si hay alguna necesidad de una consulta genética, por ahí hacer algún tipo de ejercicio, cuando hay alguna alteración metabólica; las nutricionistas también se encargan. Hay que acompañar desde todos los puntos de vista a los pacientes, para que todo sea un conjunto sano”, explicó la bioquímica al ser consultada sobre las cuestiones previas al inicio de un tratamiento de reproducción asistida.
La salud mental y el acompañamiento terapéutico
La licenciada en psicología Daniela Zelada Badaró es especialista en psicología reproductiva y perinatal. Explicó que el abordaje debe ser integral: “Hay pacientes que vienen sintiéndose muy culpables, pensando en que por qué esperé tanto tiempo, por qué esperé tener todo para dar el paso de la maternidad y de la paternidad. Como que vienen responsabilizándose mucho. Entonces poder empezar a transformar todo, acompañar ese proceso y también prepararlos para lo que se viene”.
La planificación familiar requiere de varias cosas y momentos, uno de esos momentos es la decisión de ser padres: “hoy por hoy se reconoce a la infertilidad como un diagnóstico muy severo y se compara con el impacto del diagnóstico como cuando a una persona le dan un diagnóstico de enfermedad terminal o de enfermedad crónica, ya que este diagnóstico no tiene cura”.
El apoyo psicológico es fundamental también para poder lograr la salud mental y reproductiva “poder fortalecernos emocionalmente y poder transcurrir todo el proceso médico, ya que algunas técnicas son más o menos invasivas, pero requieren de un espacio y recorrido necesario”.
La reproducción asistida es el conjunto de técnicas y tratamientos médicos que facilitan el embarazo cuando este no se consigue de forma natural. Los principales tratamientos de fertilidad que existen hoy en día son la inseminación artificial (IA) y la fecundación in vitro (FIV), que pueden ser combinados con técnicas como la donación de gametos o el diagnóstico genético preimplantacional (actualmente conocido como test genético preimplantacional, PGT), entre otras.