El juicio por la muerte del subteniente cordobés Matías Chirino avanza, con nueve militares imputados por homicidio simple. La trágica muerte del joven de 22 años, ocurrida el 19 de junio de 2022 en Paso de los Libres, Corrientes, conmocionó al país, y esta semana las audiencias revelaron detalles escalofriantes sobre las torturas y humillaciones que sufrió durante un ritual de bienvenida en el Grupo de Artillería N.º 3.
Claudio Orosz, abogado querellante de la familia Chirino, dialogó con “El País de la Libertad” de Radio Up y detalló los duros momentos que atraviesan los padres del joven, una familia humilde de la ciudad cordobesa de Río Cuarto. “Es una tragedia que no se ha podido sanar de ninguna manera. Sus padres están muertos en vida, pero pelean para que haya justicia»” explicó Orosz, quien destacó el esfuerzo que hicieron para que Matías completara su carrera en el Colegio Militar.
El ritual que acabó en tragedia
Matías Chirino había sido obligado a presentarse dos días antes de lo estipulado en su destino, a través de llamadas “combinatorias y amenazadoras” de oficiales superiores. “Lo obligaron a llegar antes diciéndole que si no iba, empezaría con el pie izquierdo, lo que, en una institución tan jerárquica, era una amenaza real”, describió Orosz. Junto a otros dos subtenientes, fue forzado a comprar bebidas alcohólicas y preparar un asado para los oficiales.
Esa noche, mientras sus compañeros eran obligados a comer fideos fríos con la mano y a beber alcohol en grandes cantidades, Matías fue enviado a comprar más bebidas. Al regresar, fue víctima de represalias y se le obligó a consumir todo lo que sus compañeros ya habían ingerido, en pleno invierno y con temperaturas bajo cero. Finalmente, Chirino fue acostado boca arriba en un colchón en el suelo, donde se ahogó con su propio vómito.
Uno de los testimonios clave del juicio fue el de una soldado voluntaria, quien describió la escena que encontró en la sala donde ocurrieron los hechos: “Nunca en mi vida vi la cantidad de bebida alcohólica, botellas rotas y sillas destrozadas. Era un desastre”. Este testimonio se sumó a la declaración de otros testigos, que confirmaron que el coronel a cargo había prohibido expresamente este tipo de rituales de bienvenida, pero los oficiales decidieron desobedecerlo.
Según Orosz, el juicio está demostrando que “fue un asesinato”. Además, los informes médicos confirmaron que Matías murió debido a una broncoaspiración causada por la gran cantidad de alcohol que se le obligó a consumir, con un nivel de alcohol en sangre superior a los 2.2 gramos por litro, lo que implica una grave intoxicación.
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Responsabilidad y justicia
Aunque el juicio penal involucra a nueve oficiales, siete de ellos como autores mediatos y dos como partícipes secundarios, Orosz destacó que en este tipo de casos el Ejército como institución no puede ser condenado penalmente. “Las instituciones no son juzgadas porque los delitos los cometen las personas. Sin embargo, sí deben resarcir los gravísimos daños que puedan haber causado”, afirmó el abogado.
Las audiencias testimoniales están llegando a su fin. “Mañana se terminan las declaraciones de los testigos, y luego será el turno de los imputados”, explicó Orosz. Se espera que los días 29 y 30 de octubre se presenten los alegatos finales, y las sentencias podrían conocerse en las próximas semanas.