En medio de la discusión sobre el impacto ambiental del dragado en los ríos Paraná y Paraguay, Juan José Neiff, investigador del Centro de Aplicada del Litoral (CECOAL) y experto en ecología acuática, expuso en diálogo con “El País de la Libertad” de Radio Up 95.5 que el problema no radica en el impacto sobre el medio ambiente, sino en cuestiones administrativas y políticas.
El dragado de ríos, una práctica que se remonta al año 1855 en Argentina, tiene por objetivo aumentar la profundidad para facilitar la navegación. Sin embargo, la controversia fue en aumento en los últimos años, principalmente a raíz de las advertencias de organizaciones ambientalistas y recientes presentaciones judiciales por parte de la Asociación Argentina de Abogados Ambientalistas y la Organización Unidos por la Vida y el Medio Ambiente, quienes solicitaron la suspensión de esta actividad en la Justicia Federal de San Nicolás, alegando posibles afectaciones ambientales.
Neiff, quien posee una extensa experiencia en el estudio de ecosistemas fluviales, sostuvo que “si hubiera habido algún problema ambiental durante más de un siglo, ya lo hubiéramos percibido o lo hubiéramos tratado”. Según el investigador, los estudios más recientes continúan confirmando que los impactos ambientales de esta actividad en el tramo argentino de la hidrovía son mínimos.
Refiriéndose al análisis de impacto ambiental de 1995-1996 llevado a cabo por el Comité Intergubernamental de la Hidrovía (CIH), explica: “Toda obra del hombre tiene impacto, sin ninguna duda, pero hay que ver si los impactos que produce una obra son irreversibles y si el río no lo puede recuperar”.
El experto fue responsable de analizar toda la hidrovía desde las nacientes del río Paraguay hasta la desembocadura del Paraná. En su estudio, los niveles de impacto fueron catalogados como “bajísimos” en el tramo argentino, desde la confluencia del Paraná con el Paraguay hacia el sur, hasta la desembocadura en el Río de la Plata. En cambio, según explica Neiff, “el tramo en el que puede haber impactos fuertes es el del pantanal, lo que va desde el puerto de Corumbá hacia arriba en la cuenca alta del Paraguay”.
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Una investigación más reciente, efectuada entre 2020 y 2021 por la consultora Latino Consult bajo el auspicio de la Bolsa de Comercio de Rosario y algunas empresas navieras, también concluye que los impactos ambientales en el tramo argentino de la hidrovía están “por debajo del nivel de sensibilidad del sistema natural”. Así, el científico refuerza que “no hay ningún estudio posterior que demuestre que los peces murieron o que hubo algún problema ambiental” asociado al dragado.
A su vez, Neiff señaló que “especulaciones hay a montón” y critica que en estos debates “hay muchos tironeos entre grupos de interés”. En sus palabras, el verdadero conflicto en torno al dragado radica en temas administrativos, como a quién se otorgan las licitaciones y si se debe o no cobrar peajes: “Es una discusión del orden político más que biológico, digamos. Es de orden político administrativo”.
Por último, el investigador sugirió que el dragado en el tramo argentino de la hidrovía “no debería ser interrumpido por razones ambientales, pero enfatiza la necesidad de mejorar la gestión y administración de la actividad”.