Brasil atraviesa una etapa de cambios económicos y sociales que no dejó a nadie indiferente. Según el consultor político Caio Maianelli, el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva enfrenta el desafío de cumplir con las expectativas generadas durante su campaña mientras lidia con un panorama político y económico lleno de tensiones.
“Hay una agenda legislativa progresista que se intenta imponer en Brasil”, explicó Maianelli en diálogo con “La Última Rosca” de Radio Up 95.5, aludiendo a una de las medidas más destacadas del gobierno: la exención del impuesto a la renta para quienes ganan menos de 5,000 reales. “Eso alteró los índices externos”, añadió.
Sin embargo, esta política, que busca aliviar la carga fiscal de los sectores más vulnerables, también generó reacciones encontradas. “Cobrar más impuestos a los ricos y menos a los pobres siempre genera una ola de especulación”.
El impacto de estas medidas no fue uniforme. Para Maianelli, “en términos de la población en general no se siente tanto la variación. La economía de Brasil está bastante estable. No es que esté estable para bien, pero tampoco está demasiado mal”. Sin embargo, advierte que “el impacto esperado por parte del gobierno de Lula no está ni cerca de lo que fue la esperanza inicial. Brasil está muy tibio”.
Un gobierno progresista y el mercado
La relación entre el gobierno y los sectores económicos también ha sido motivo de debate. “Se sabía que el gobierno no iba a dejar satisfecho al mercado. Acá en Brasil tenemos esa figura abstracta de ‘el mercado’, como si fuera una persona”, comentó con ironía. Incluso señaló cómo Lula utiliza el humor para abordar el tema: “Él siempre bromea diciendo, ‘ese tal mercado es muy frágil’”.
Esta distancia entre el gobierno y el sector financiero, representado por los llamados Faria Limers –una referencia a los agentes económicos que trabajan en la Avenida Faria Lima en São Paulo–, es un tema recurrente. “Ellos se preocupan demasiado cuando el gobierno empieza a hacer políticas progresistas”, indicó.
Maianelli también subrayó que este enfoque no es nuevo. “Este gobierno se sabía que iba a cerrar las puertas al capital internacional. No va a apoyar a los especuladores ni la evasión de capital, pero tampoco estamos en un momento donde entra capital a Brasil”.
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La devaluación y la inflación en la región
La situación económica de Brasil no se puede analizar sin considerar su contexto regional. La inflación en Argentina y la devaluación del real han tenido un impacto directo en el turismo y los viajes. “La inflación argentina hizo que viajar al país sea caro, y la apertura de la economía y nuestra devaluación también hacen que a los brasileños les resulte costoso salir del país”, señaló.
Esta situación, según Maianelli, no es nueva, pero ha adquirido mayor relevancia en los últimos años. “Antes, el real estaba más valorado y el mercado argentino estaba protegido. Eso hacía que viajar a Argentina fuera barato para nosotros”. Sin embargo, explicó que “cuando Argentina abrió su economía, el dólar empezó a salir mucho del país, y eso también nos afecta”.
Un congreso dividido y expectativas insatisfechas
Uno de los principales retos que enfrenta el gobierno de Lula es la falta de apoyo en el Congreso. “Es casi imposible gobernar este país como se hizo entre 2002 y 2010. Hoy el Congreso tiene más gente en contra del gobierno que a favor”, afirmó Maianelli. Esto dificulta la implementación de políticas que generen un impacto significativo en la economía.
Además, las expectativas no cumplidas generan una sensación de estancamiento. “La imagen de Lula, que antes era tan fuerte, no está mostrando el mismo impacto que tuvo en gobiernos anteriores”. A pesar de algunas mejoras en los índices económicos, el cambio no se siente de manera tangible. “La gente esperaba más, pero el Brasil de hoy sigue tibio”.