Este viernes 21 de marzo, familiares de los ocho policías detenidos en Misiones volvieron a manifestarse frente al Juzgado de Instrucción 3 de Posadas, reclamando una pronta resolución del caso.
La protesta coincidió con el cumplimiento de seis meses desde las detenciones, lo que incrementó la presión sobre la Justicia para que brinde respuestas a las familias afectadas.
Los allegados a los efectivos detenidos denuncian la falta de avances en el proceso judicial y la ausencia de comunicación por parte del juez a cargo, Fernando Verón. La incertidumbre y el impacto emocional han sido una constante para las familias, que aseguran estar atravesando una situación de extrema dificultad ante la prolongada ausencia de sus seres queridos.



La causa que derivó en las detenciones se originó a partir de una investigación sobre un presunto complot dentro de la Policía de Misiones. Según la Justicia, en septiembre del año pasado se descubrió un grupo de WhatsApp denominado «Solo cola», donde algunos efectivos habrían planeado actos de sedición y conspiración, incluyendo disturbios en puntos estratégicos de Posadas. La investigación, llevada adelante por la Secretaría de Apoyo a Investigaciones Complejas (SAIC), determinó que los detenidos podrían haber participado en intentos de generar desestabilización en la fuerza.
Las pruebas recabadas incluyeron el análisis de un teléfono celular secuestrado, donde se encontraron mensajes que supuestamente vinculaban a los efectivos con la planificación de incendios de malezas en distintos barrios y otros actos de sabotaje. A partir de estos hallazgos, el juez Verón ordenó la detención de siete policías, tanto activos como retirados, y los imputó por «intento de sedición y conspiración» según los artículos 233 y 229 del Código Penal. Como consecuencia, los policías en actividad fueron puestos a disposición, mientras que los retirados perdieron su estatus dentro de la fuerza.


A pesar de estos antecedentes, los familiares de los detenidos sostienen que no existen elementos suficientes para justificar la prolongación de las prisiones preventivas y denuncian persecución dentro de la institución policial. En este contexto, la manifestación de este viernes buscó reiterar el pedido de libertad para los efectivos, en un escenario donde la falta de respuestas por parte del Poder Judicial sigue generando tensión y malestar entre los allegados de los detenidos.
Las familias de los policías aseguraron que continuarán con las protestas y las acciones legales necesarias para obtener una definición sobre la situación de los detenidos, mientras exigen que la Justicia se pronuncie de manera clara y rápida sobre el futuro de la causa.