Es porque la empresa Servicios Urbanos SA –fundada por el Grupo Zbikoski– mantiene el tope de $600 en los plásticos, con la anuencia del Secretario de Transporte, René Kegler. Con el último incremento del boleto a $150, el tope de recarga desalienta el uso de los plásticos. La maniobra para perjudicar a Bencivenga – Río Uruguay.
El nuevo “boletazo” aplicado en el Gran Posadas como ya estaba pactado entre las empresas de transporte urbano, los intendentes y el secretario de transporte René Kegler, agrava los problemas que experimentan los usuarios de colectivos, que desde este lunes, están obligados a recargar las tarjetas SUBE Misionero cada cuatro viajes, en los escasos puntos de recarga que ofrece la empresa encargada del sistema del boleto prepago, Servicios Urbanos SA.
Es que con los nuevos valores de $150 (en Posadas) con las SUBE Misionero, la empresa SUSA mantiene el tope de carga de las tarjetas manejadas en los $600. Cuando se fijó ese monto, los pasajes urbanos costaban $50, por lo que, el máximo de carga permitía realizar 12 viajes. Ahora, son apenas 4 y si persiste la tendencia, con el próximo aumento, el tope de carga SUBE alcanzará para realizar aún menos viajes.
De hecho, el pasaje de Posadas a Garupá es de $195 y a Candelaria $228, en consecuencia, el máximo de carga permite dos viajes entre Posadas y Candelaria y tres viajes entre Posadas y Garupá.
La decisión de mantener los topes de carga en las tarjetas SUBE Misionero, no fue debidamente argumentada por la empresa SUSA. Asimismo, vale remarcar que tampoco interviene el secretario de Transporte René Kegler, en una situación que perjudica a los usuarios cada vez que aumenta el boleto y se mantiene el tope de carga.
Por otra parte, vale aclarar que el congelamiento de los topes de carga en las tarjetas SUBE, que desalienta el uso de los plásticos, se da en un contexto en el que Servicios Urbanos SA fomenta el uso de las billeteras electrónicas que maneja la empresa. Desde hace meses que SUSA se niega a reponer los plásticos a los usuarios que pierden sus tarjetas. Y a los que tratan de renovar sus tarjetas, les ofrecen descargar la aplicación SUSA que funciona con lectores QR instalados únicamente en los colectivos del Grupo Z –las empresas Don Casimiro y Tipoka– y no en las unidades de la única competidora Bencivenga – Río Uruguay.
En suma, las medidas tomadas por SUSA, es decir, el tope de carga en las tarjetas SUBE Misionero, que se reduzcan los puntos de recarga de los plásticos, y la negativa al reemplazo de las tarjetas, desalientan el uso de este sistema de boleto prepago. Para las empresas del grupo Zbikoski –entre las que habría que incluir a SUSA, una firma fundada por Don Casimiro, Tipoka SRL y Nuestra Señora del Rosario– es beneficioso que los pasajeros abonen en efectivo (los boletos en dinero físico son más caros que los prepagos)
Pero también es conveniente para estas empresas, que los usuarios sólo dispongan del sistema SUBI (Sistema Único de Boleto Inteligente), es decir, las billeteras virtuales de la empresa SUSA, porque de tal manera, al utilizar alguno de los colectivos de las líneas de la empresa Bencivenga (14, 16, 23 y 28), sólo podrían pagar en efectivo. Sucede que los colectivos de Bencivenga no cuentan con lectores QR para utilizar las billeteras virtuales SUBI.
Con la total complicidad de las autoridades provinciales –Kegler, el secretario de transporte– y municipales, la empresa SUSA está desalentando abiertamente el uso de las tarjetas SUBE Misionero, en perjuicio de los usuarios y de la empresa que compite con el Grupo Zbikoski. Paradójicamente, la propia empresa SUSA (y el Grupo Z) impulsó el sistema SUBE Misionero en 2013, como alternativa electrónica, para que no llegue el sistema SUBE Nacional a Posadas –lo que habría implicado que los subsidios nacionales lleguen a los usuarios sin pasar por las empresas.
¿Por qué el reemplazo de las tarjetas SUBE Misionero por el sistema SUBI de código QR perjudica a los usuarios? Porque obliga al usuario a tener un teléfono celular con conectividad y con crédito, para poder pagar el boleto por medios electrónicos. Esa situación también afecta a los estudiantes, de todos los niveles, en el ejercicio a su derecho al Boleto Educativo Gratuito (BEG) Esto es evidente para todos los usuarios, empresas y autoridades. Quizás por este motivo, SUSA aún mantiene el sistema SUBE Misionero, aunque complicando y limitando su empleo, cada día más.
Y en un futuro no tan lejano, si no se modifica la situación, la carga máxima de las SUBE ni siquiera alcanzará para pagar un único boleto prepago de colectivo en el Gran Posadas. Parecería que eso es lo que pretenden la empresa SUSA, el Grupo Z y las autoridades provinciales y municipales.
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