Los posadeños se preparan, cómo todos los años, para caminar con entusiasmo hacia la Fiesta Patronal de Santa Rita, un evento anual que congrega a fieles y devotos en una celebración impregnada de tradición y fervor religioso.
Bajo el lema “Con Santa Rita y en oración, somos peregrinos de la esperanza”, la Parroquia Santa Rita anunciaron una serie de actividades que comenzaron el martes 14 de mayo con una misa de sanación que fue celebrada por el Padre Carlos Viera.
El programa abarca una variada agenda que refleja la diversidad de devoción y cultura presentes en la comunidad. “Todos los años, la gente devota se acerca a la Parroquia Santa Rita para agradecer a la santa, o para seguir pidiendo el acompañamiento” destacaron desde la secretaria parroquial a la redacción de Radio Up 95.5.
La celebración será mañana domingo 19 de mayo, con una serie de celebraciones que comenzarán temprano en la mañana con una misa dedicada a los servidores a las 6 a.m. La procesión partirá desde la Catedral San José a las 8 a.m., llegando aproximadamente a las 10 a.m. para dar inicio a la Misa Central, la cual será presidida por el obispo de la Diócesis de Posadas, Juan Rubén Martínez. La jornada estará marcada por procesiones, misas y momentos de reflexión y comunión espiritual, con servicios que se extenderán durante todo el día.
Las festividades continuarán el miércoles 22 de mayo, día de Santa Rita, con una serie de misas a lo largo del día, brindando a los devotos la oportunidad de rendir homenaje a su santa patrona.
La Festividad Anual de Santa Rita promete ser un momento de renovación espiritual y comunidad en Posadas, reuniendo a personas de todas las edades y procedencias en un ambiente de devoción y alegría compartida.
“La fiesta de Santa Rita, siempre es muy popular, vienen familias completas, que agradecen a la Santa la compañía, los favores recibidos, hay mucha gente que se acerca a la comunidad para cumplir las promesas, pero sobre todo hay gente que viene a rezar al menos un ratito”, destacó el párroco. el padre Cesar Benítez.
El párroco además contó “todos los años, la gente se acerca a la parroquia a pedir y a agradecer, en tiempos de crisis siempre es importante tener el corazón fortalecido por la fe, sabiendo que Dios responde a la necesidad de la gente, vamos a pedir en este tiempo también por las voces que tienen que ser escuchadas, para poder habitar en una comunidad con paz y con dialogo”.
¿Quién fue Santa Rita de Casia?
Santa Rita de Casia llegó al mundo en el pueblo montañoso que lleva su nombre, situado en la región italiana de Umbría, un terreno fértil para las santidades. Los padres de Rita se llamaban Antonio Mancini y Amata Ferri, pero eran conocidos en la zona como “los pacificadores de Cristo”, debido a que eran convocados para apagar disputas entre vecinos, en una época donde la autoridad del rey no alcanzaba a cubrir muchos de los conflictos que estallaban entre las personas.
Hija de dos personas devotas, la futura santa se crio muy cerca de la iglesia local. Transcurrió su infancia entre relicarios, vitrales, biblias e incienso, por lo que llegó a ser una profunda conocedora de la vida de Jesucristo. Su amor por Cristo hizo que, incluso, le planteara a sus padres que quería ser monja, pero Antonio y Amata ya habían decidido casarla con Paolo Ferdinando, un vecino de la zona.
La unión con Ferdinando estuvo llena de dolor para Rita, ya que su flamante marido era alcohólico, abusivo y golpeador. Pese a ello, permaneció a su lado durante 20 años y tuvieron gemelos. Finalmente, una noche, Paolo fue asesinado por un grupo en una reyerta, por lo que la mujer quedó dejó viuda. Tiempo después, descubrió que sus hijos estaban planeando vengar al padre.
Dando una muestra de su profunda fe, la mujer devota pidió a Dios que se los llevara antes de que pudieran cometer el pecado. Acto seguido, una enfermedad repentina y mortal cayó sobre sus descendientes, y ella pasó el tiempo de su agonía educándolos en el amor y el perdón. Para cuando ambos murieron, ya habían perdonado a los asesinos de su padre.
Luego de perder a toda su familia, Rita se entregó a la oración, la penitencia y las obras de caridad. Hacia el año 1411, solicitó ser admitida en el Convento Agustiniano, en Casia, pero no fue aceptada. Milagrosamente, después de orarles a San Juan Bautista, San Agustín y San Nicolás de Tolentino, pudo ingresar allí.
Los años que le quedaban no fueron fáciles: en 1428, se le apareció clavada en la frente una larga astilla de madera, que fue considerada como un estigma similar a los que había recibido Jesús al ser crucificado. Esta herida se cerraría muchos años después tras los cuidados de un grupo de novicias. Pero fue solo el prólogo de una larga serie de enfermedades que la sometieron durante cuatro años en un colchón de paja, donde finalmente murió un día como este de 1457. Fue inhumada en la basílica que hoy lleva su nombre.
Su cuerpo se conserva en perfectas condiciones en este lugar. La fortaleza fundada en la fe que mostró a lo largo de su tortuosa vida la llevaron a ser considerada la “patrona de las cosas imposibles”. Además, en 1900, fue canonizada por el Papa León XIII y se convirtió así en una de las santas más populares de la Iglesia.
Con información de AICA.ORG