Siempre que comienzo con una columna, lo hago desde los comienzos de su historia, sin embargo, con este particular país comenzaremos desde su historia más reciente, ya que si abordamos la historia completa de la India, deberíamos escribir un pequeño libro, eso no quita que podamos adentrarnos en este interesante recorrido que se inicia con la ocupación de un viejo pirata conocido.
A fines del siglo XIX, la India conformaba un grupo de países ocupados por nada más y nada menos que por el imperio británico, y lo que entonces se conocía como India británica, estaba conformada por Birmania, Bangladesh, Pakistán e India. Nuestros viejos piratas conocidos dominaban la zona a través de los denominados “Estados principescos”, que se componían, por antiguas dinastías que administraban sus respectivos países, con la supervisión de los británicos.
Esto se mantendría así por varias décadas, hasta mediados del siglo XX, con la aparición de un personaje sumamente importante llamado Mohandas Karamchand Gandhi, mejor conocido como Gandhi. Hijo de una familia acomodada, Gandhi tuvo la posibilidad de estudiar en la University College of Londres, donde se graduó como abogado cerca de los 20 años. Como lo mencioné anteriormente, Gandhi provenía de una familia importante, este fue un factor importante que lo llevó a considerar al colonialismo como algo positivo, así como también veía con buenos ojos el clasismo. Todo esto cambió cuando vivió en Londres, y él mismo fue víctima del brutal racismo de la época, teniendo un color de piel distinta, los británicos no dudaron es despreciarlo de todas las maneras habidas y por haber.
Luego de obtener su título, probó suerte en estudios jurídicos de la India, pero no tuvo mucho éxito; poco después fue contratado por una firma de abogados en Sudáfrica. Ese fue su próximo destino, y caminó ese país, sufrió uno de los tantos casos de discriminación, al ser insultado por uno de los inspectores del tren, al detectar que Gandhi estaba en primera clase al grito de “fuera de aquí, sami” (frase que se utilizaba para insultar a los hindúes en Sudáfrica dominada por los blancos).
Una vez establecido en el país sudafricano, Gandhi comenzó su camino hacia la justicia y la lucha en contra de la discriminación que sufrían los ciudadanos hindúes en Sudáfrica. Mayormente se dedicó a denunciar y a hacer público cualquier tipo de violación a los derechos civiles que perjudique a sus compatriotas, ya para la época, la migración de hindúes hacia Sudáfrica era muy importante. Esto derivó en que los hechos de discriminación fueran moneda corriente. Ya casi a fines del siglo XIX, estalló la guerra de los Boers (mejor conocida como guerra de liberación entre los blancos sudafricanos separatistas y los británicos que en aquel entonces dominaban el territorio. Gandhi incentivó a los hindúes nacionalizados surafricanos a participar de la guerra, ya que sostenía que, de esta manera, serían más aceptados por la sociedad surafricana; sin embargo, esto no funcionó. La lucha de Gandhi no culminó ahí, y gracias a sus continuas acciones, llegó a crear un partido político, en representación de los ciudadanos hindúes en Sudáfrica.
Tiempo después, Gandhi volvió a su tierra natal, subyugada y dominada por el Imperio Británico, aunque su lucha no culminó ahí. Además de conseguir la liberación de su pueblo, pretendía modernizar su país natal, ya que estaba en contra del sistema de castas, sistema que principalmente indica que existen varias clases sociales, y que estas no se pueden mezclar entre sí. En 1949, Gandhi sería asesinado por un fanático religioso llamado Nathuram Vinayak Godse.
Como podemos ver, el erudito era muy avanzado para su época y esto finalmente derivó en su asesinato. Gandhi es considerado el libertador de la India, fundador de derechos civiles y precursor de las protestas pacíficas.
Actualmente, la India se encuentra bajo el gobierno del primer ministro Narendra Modi, que anteriormente gobernaba la provincia de Guyarat, la provincia más occidental del país mas grande del planeta. Modi supo armar su estructura de poder a base de mano de hierro, pero más que nada, la popularidad del ahora primer ministro contó con una piedra fundacional, la polarización religiosa. Una de las grandes problemáticas que se suceden en la India, es de índole religiosa, al existir una gran cantidad de musulmanes dentro de un país que en su mayoría profesa el hinduismo (religión cuya esencia es el pacifismo y la tolerancia), existe un constante roce entre ambas. Modi, como buen populista, eligió ahondar en las diferencias entre ambas religiones, provocando una lucha encarnizada y limitando cada vez mas las costumbres musulmanas, llegando a tal punto de prácticamente prohibir sus prácticas y persiguiendo a la comunidad practicante de dicha religión; y como buen populista (valga la redundancia) optó por formar grupos paramilitares adeptos a la causa para que persigan y limiten las libertades de los musulmanes en tierras guyaratíes. Una vez electo primer ministro de la India, trasladó estas recetas a nivel nacional. Sin embargo, no se limitó a promover e incentivar las persecuciones a musulmanes, esto también aplicó a los cristianos; logrando así que todo aquel fanático religioso que profese el hinduismo, lo vote sin ningún tipo de dudas.
Además de esto, una enorme parte de la sociedad hindú es analfabeta, así que sume usted; fanatismo más ignorancia… ¿qué otro resultado que no sea el de la intolerancia y el clientelismo puede arrojar? Sumando a esto, el crecimiento exacerbado de la economía de la India fue tal, que el país rápidamente se convirtió en una de las economías más importantes del mundo; sin embargo y como usted bien sabe, si algo también caracteriza a todo populista es el de la velocidad con lo que esas épocas de abundancia se acaban.
Mientras usted lee esta columna, la sociedad hindú se encuentra en un proceso electoral que por el gran tamaño del país, se divide en 7 etapas y se llevan a cabo desde abril hasta junio, todo indica que el primer ministro Modi será reelecto, y su partido obtendrá una mayoría mas abrumadora que la anterior.
Solo el tiempo determinará el devenir de los hindúes que si bien confía en Modi, no contará con muchas alternativas si su maquinaria populista cae en desgracia y profundice aún más la caída de los sectores mas carenciados.