El dirigente radical, Gustavo González, expresó en una columna de opinión, en la que dejo claro su postura política de cara al año electoral que comenzamos a atravesar. El texto comienza con la frase “No tengo nada que ver con Milei y ni con el kirchnerismo”.
Gonzalez afirmó que no pertenece a ningún extremo de la grieta política y defiende los matices en la política, destacando que no apoyar a Milei no significa ser tibio, sino valiente al apostar por la construcción de una opción republicana.
Además subraya su militancia contra la corrupción durante el auge de Néstor y Cristina Kirchner, contrastando con quienes guardaban silencio en ese momento. Define al radicalismo, inspirándose en Ernesto Sanz, como un movimiento democrático, liberal en lo político, progresista en términos de desarrollo e igualdad, y solidario frente a los problemas sociales, rechazando el individualismo y abogando por la justicia social.
El texto completo:
“Ni Milei ni K. Soy Radical”
No tengo nada que ver con Milei y ni con el Kirchnerismo. Creo que en la vida existen los matices y no me gusta que me pongan de un lado de la grieta por no apoyar a Milei. Por ello no soy tibio. Al contrario, cuando muchos corren al calor del poder de los libertarios y de lo que dicen las encuestas, pocas cosas más valientes existen que apostar a la construcción de una opción republicana.
También, en la cúspide de la popularidad de Néstor y Cristina, cuando varios de los que hoy los critican guardaban un silencio cómplice, milité en la vereda de enfrente denunciando la corrupción K y de su analogía misionera que es el Frente Renovador.
La definición del radicalismo que más me gusta la tomé de Ernesto Sanz que dice que somos demócratas porque defendemos siempre los procederes democráticos; que somos liberales en lo político porque creemos que cada persona tiene que mandar en su propia vida y tener la posibilidad real de lograr lo que desea; que somos progresistas si es que eso significa en la Argentina progreso, desarrollo e igualdad de oportunidades; y que somos solidarios porque sentimos como propios los problemas de todos.
Los radicales no somos individualistas y propugnamos la justicia social, palabra que tanto detestan los libertarios.
Por eso no encuentro ninguna coincidencia de nuestro ideario político con el gobierno de Milei. Ni el rol de estado, o la salud o la educación pública. En la política de derechos humanos o en política internacional. Ni en el sentido republicano de defensa de las instituciones o independencia de los poderes del estado o en la cuestión federal.
Es por eso que no coincido con nuestros representantes nacionales que acompañan la autocracia de mercado que impulsa el gobierno nacional. Yo quiero que los representantes de mi partido sean opositores, no aliados de Milei, y por ello reivindico la existencia de los partidos políticos que son el mejor antídoto contra los proyectos autocráticos.
Deseo que el 2025 nos encuentre a los radicales trabajando en la construcción de una opción republicana, que debe ser reformista, que no debe reeditar el pasado y que tenga plena lealtad democrática.
Gustavo González.